EL PARO CONTINUA

Se dice que la razón no pide fuerza; sin embargo, cuando esta la tiene el oprimido, cuando la razón está en manos de los explotados, este pronunciamiento no es más que un mero cuento.

El tirano ridículamente asume una posición de agredido, de víctima, y en nombre de la patria (su familia con la que comparte las riquezas usurpadas y comodidad de palacio), hecha a las jaurías, sus bestias y gendarmes, contra el atrevido, que no guardó la posición impuesta de lacayo.

En esa medida, justificando, pide entender a los vecinos neutros, de que la infamia no está en sus manos y que lo justo de su tiranía, es evidente, porque “la razón, no pide fuerza”.

Ha pedido a sus escribanos, ha pedido a sus pensadores, emitir sendos comunicados, llamando a la paz, y al sentido común.

El comunicador principaliza, de los hechos, sus nimiedades; el hombre “culto”, desde una casa usurpada, minimiza la masacre y acusa al agredido de reaccionar injustificada y cobardemente. Con un espíritu cuántico, establece como única salida, que los oprimidos no protesten e implementen “diálogos”, para que la guerra, no haga correr al invalido, que ha dispuesto, miles de caballos de fuerza, cientos de tanques y tanquetas, miles de balas, innumerables garrotazos contra el pueblo, y medidas ladronas que saquean permanentemente el trabajo y la tierra que es del trabajador.

Hay que decirlo categóricamente, la razón popular requiere de fuerza y unidad. Unidad en la lucha y la protesta, sus conceptos y propósitos; asumir, que no tenemos mejor vacuna contra la rabia, que el perro muerto, la bastilla tomada y el tirano sometido.

Ningún Gobierno gorilón, jamás ha tenido la razón; estamos, junto al pueblo, y por ahora la cadena de oración, deberá ser principalmente una cadena que lucha, “El paro continua”.

VÍCTOR HUGO PORTOCARRERO DE LA TORRE

Se dice que la razón no pide fuerza; sin embargo, cuando esta la tiene el oprimido, cuando la razón está en manos de los explotados, este pronunciamiento no es más que un mero cuento.

El tirano ridículamente asume una posición de agredido, de víctima, y en nombre de la patria (su familia con la que comparte las riquezas usurpadas y comodidad de palacio), hecha a las jaurías, sus bestias y gendarmes, contra el atrevido, que no guardó la posición impuesta de lacayo.

En esa medida, justificando, pide entender a los vecinos neutros, de que la infamia no está en sus manos y que lo justo de su tiranía, es evidente, porque “la razón, no pide fuerza”.

Ha pedido a sus escribanos, ha pedido a sus pensadores, emitir sendos comunicados, llamando a la paz, y al sentido común.

El comunicador principaliza, de los hechos, sus nimiedades; el hombre “culto”, desde una casa usurpada, minimiza la masacre y acusa al agredido de reaccionar injustificada y cobardemente. Con un espíritu cuántico, establece como única salida, que los oprimidos no protesten e implementen “diálogos”, para que la guerra, no haga correr al invalido, que ha dispuesto, miles de caballos de fuerza, cientos de tanques y tanquetas, miles de balas, innumerables garrotazos contra el pueblo, y medidas ladronas que saquean permanentemente el trabajo y la tierra que es del trabajador.

Hay que decirlo categóricamente, la razón popular requiere de fuerza y unidad. Unidad en la lucha y la protesta, sus conceptos y propósitos; asumir, que no tenemos mejor vacuna contra la rabia, que el perro muerto, la bastilla tomada y el tirano sometido.

Ningún Gobierno gorilón, jamás ha tenido la razón; estamos, junto al pueblo, y por ahora la cadena de oración, deberá ser principalmente una cadena que lucha, “El paro continua”.

VÍCTOR HUGO PORTOCARRERO DE LA TORRE

Se dice que la razón no pide fuerza; sin embargo, cuando esta la tiene el oprimido, cuando la razón está en manos de los explotados, este pronunciamiento no es más que un mero cuento.

El tirano ridículamente asume una posición de agredido, de víctima, y en nombre de la patria (su familia con la que comparte las riquezas usurpadas y comodidad de palacio), hecha a las jaurías, sus bestias y gendarmes, contra el atrevido, que no guardó la posición impuesta de lacayo.

En esa medida, justificando, pide entender a los vecinos neutros, de que la infamia no está en sus manos y que lo justo de su tiranía, es evidente, porque “la razón, no pide fuerza”.

Ha pedido a sus escribanos, ha pedido a sus pensadores, emitir sendos comunicados, llamando a la paz, y al sentido común.

El comunicador principaliza, de los hechos, sus nimiedades; el hombre “culto”, desde una casa usurpada, minimiza la masacre y acusa al agredido de reaccionar injustificada y cobardemente. Con un espíritu cuántico, establece como única salida, que los oprimidos no protesten e implementen “diálogos”, para que la guerra, no haga correr al invalido, que ha dispuesto, miles de caballos de fuerza, cientos de tanques y tanquetas, miles de balas, innumerables garrotazos contra el pueblo, y medidas ladronas que saquean permanentemente el trabajo y la tierra que es del trabajador.

Hay que decirlo categóricamente, la razón popular requiere de fuerza y unidad. Unidad en la lucha y la protesta, sus conceptos y propósitos; asumir, que no tenemos mejor vacuna contra la rabia, que el perro muerto, la bastilla tomada y el tirano sometido.

Ningún Gobierno gorilón, jamás ha tenido la razón; estamos, junto al pueblo, y por ahora la cadena de oración, deberá ser principalmente una cadena que lucha, “El paro continua”.

VÍCTOR HUGO PORTOCARRERO DE LA TORRE

Se dice que la razón no pide fuerza; sin embargo, cuando esta la tiene el oprimido, cuando la razón está en manos de los explotados, este pronunciamiento no es más que un mero cuento.

El tirano ridículamente asume una posición de agredido, de víctima, y en nombre de la patria (su familia con la que comparte las riquezas usurpadas y comodidad de palacio), hecha a las jaurías, sus bestias y gendarmes, contra el atrevido, que no guardó la posición impuesta de lacayo.

En esa medida, justificando, pide entender a los vecinos neutros, de que la infamia no está en sus manos y que lo justo de su tiranía, es evidente, porque “la razón, no pide fuerza”.

Ha pedido a sus escribanos, ha pedido a sus pensadores, emitir sendos comunicados, llamando a la paz, y al sentido común.

El comunicador principaliza, de los hechos, sus nimiedades; el hombre “culto”, desde una casa usurpada, minimiza la masacre y acusa al agredido de reaccionar injustificada y cobardemente. Con un espíritu cuántico, establece como única salida, que los oprimidos no protesten e implementen “diálogos”, para que la guerra, no haga correr al invalido, que ha dispuesto, miles de caballos de fuerza, cientos de tanques y tanquetas, miles de balas, innumerables garrotazos contra el pueblo, y medidas ladronas que saquean permanentemente el trabajo y la tierra que es del trabajador.

Hay que decirlo categóricamente, la razón popular requiere de fuerza y unidad. Unidad en la lucha y la protesta, sus conceptos y propósitos; asumir, que no tenemos mejor vacuna contra la rabia, que el perro muerto, la bastilla tomada y el tirano sometido.

Ningún Gobierno gorilón, jamás ha tenido la razón; estamos, junto al pueblo, y por ahora la cadena de oración, deberá ser principalmente una cadena que lucha, “El paro continua”.

VÍCTOR HUGO PORTOCARRERO DE LA TORRE