Presencia de osos andinos en Carchi impulsa planes de conservación

Avistamiento. En la Cordillera Oriental se ha localizado la mayor cantidad de especies, hasta el momento, en Carchi.

En al menos tres parroquias se han registrado varios ejemplares, creando la necesidad de programas que busquen protegerlos. 

REDACCIÓN CARCHI.- Ante los últimos avistamientos del oso de anteojos en la provincia de Carchi, norte de Ecuador, en especial en la Cordillera Oriental, varias instituciones se han interesado en la conservación de este mamífero, en peligro de extinción.

Liderados por la Prefectura de Carchi, a través de la Coordinación de Patrimonio Natural, Cambio Climático y Riesgos de la Dirección de Gestión Ambiental, se desarrolló un programa de investigación y monitoreo de osos, con la participación de las comunidades aledañas a los lugares donde han sido registrados. 

Precisamente el avistamiento de estos animales en la Cordillera Oriental, ha cautivado a cientos de personas que viven en diferentes comunidades carchenses. Algunos ejemplares se los ha podido divisar en las parroquias El Carmelo, Monte Olivo, Mariscal Sucre.

Le apuestan a la conservación 

Según la Prefectura, hasta el momento, solo en la parroquia Monte Olivo, se ha podido monitorear a más de ocho ejemplares que llegan hasta las montañas en busca de alimentos.

“Al oso andino se lo conoce como el arquitecto del bosque, ya que dispersa semillas de los frutos de árboles, manteniendo la regeneración de los bosques nativos. Cuando cazan ayudan a controlar poblaciones de animales nativos y al alimentarse de carroña ayuda a mantener limpios los ecosistemas, evitando enfermedades para los seres humanos”, explicaron desde el Gobierno Provincial. 

Guillermo Herrera, prefecto de Carchi, se refirió a este tema como de “vital importancia para la conservación en la provincia”, destacando el esfuerzo que se viene realizando por parte de las diferentes instituciones y las comunidades. “Es importante que estos temas de conservación conozca la comunidad y debemos aprender a cuidar y proteger estos animales que están en peligro de extinción”. 

Humberto Robles, morador de Monte Olivo, quien dice haber visto a los animales en las inmediaciones de una plantación de aguacates, menciona que sería bueno seguir cuidando y protegiendo esta especie. “El oso no es peligroso para los humanos, solo busca alimentarse en las plantaciones”. 

Quieren aprovechar para atraer turistas 

La Prefectura de Carchi, junto a los gobiernos parroquiales asentados en la Cordillera Oriental, trabajan en un proyecto turístico con un corredor para el avistamiento del oso de anteojos. 

La idea es captar recursos para implementar un mirador, con el apoyo de los productores de aguacate, así como de la propia comunidad, para trabajar en este proyecto que integraría una ruta para que los turistas puedan llegar y disfrutar del avistamiento del oso de anteojos.

La Prefectura, en julio del 2019, consiguió que la Cordillera Oriental sea declarada como la primera área de conservación en la provincia, con más de 20.439,79 hectáreas de páramos, que involucran a unos 50.000 habitantes de los cantones de Tulcán, Huaca, Montúfar y Bolívar. Precisamente es en estos sectores donde se ha podido observar al oso de anteojos y muchas otras especies que están amenazadas. 

Paola Cerón, de la Dirección de Gestión Ambiental, destaca que a lo largo de esta cordillera se han encontrado muchas especies en peligro de extinción, siendo la más relevante el oso de anteojos; sin embargo, menciona que con la ayuda de los guardabosques y tecnología de cámaras trampa, se ha logrado observar un puma y el águila andina, en el sector conocido como ‘La Minería’.

En peligro de extinción y protegido por el COIP

El oso de anteojos es un animal en peligro de extinción debido al avance de la frontera agrícola y ganadera, a lo que se suman otras actividades extractivistas, disminuyendo los bosques nativos y páramos, hogar de este mamífero. Además, se los caza por la falsa creencia de que su grasa y sus patas son medicinales y mágicas.

De acuerdo al COIP (Código Orgánico Integral Penal), en su artículo 247, se sanciona con pena privativa de libertad de uno a tres años a la persona que cace, capture, extraiga, tenga, transporte, trafique, se beneficie, permute o comercialice, especímenes o sus partes de fauna silvestre.