Pablo Ruiz Aguirre
Cuando no podamos entender lo diferente, cuando la intolerancia nos cree estereotipos en nuestras mentes, cuando la violencia se normalice por defender la idea dogmática, cuando el respeto a pensar disparejo de los otros nos moleste, cuando ello pase, recordemos que tenemos la oportunidad maravillosa de mudarnos, de mudarnos en espíritu para entender otras realidades, otros mundos, y así, solo así no ser egoístas con la defensa del solo universo que conocemos para entender lo diverso sin categorizar, para recuperar la humanidad que tanta falta nos hace ya. Mudémonos.
Mudémonos de cuerpos, pongámonos pechos y vellos, mudémonos de portadas, cambiémonos el título. Mudémonos de reino seamos una hortaliza, un paquidermo o aluminio. Mudémonos de edad, escojamos entre la juventud con cana blanca y la vejez con pelo naciente. Mudémonos de mundo, vayamos a uno paralelo y compremos una entrada en primera fila para ver la vida del extraño. Mudémonos para entender lo otro, al otro, lo vario, lo extraño, el todo. Mudémonos para ir a lo trascendente, parir ideas y morir diariamente.
Ir a lo trascendente es destruirte para construirte, vaciar la botella de tu cabeza, coger una manguera y lavarte las arañas, esos insectos cual prejuicios que cultivas en tu mente desde la infancia. Es dejar el cuerpo, ese temporal traje que desempolvamos en la mañana y que dejamos en el armario cuando el sol descansa. Es comprender que si corro, me detengo, si camino, avanzo, cada paso es más certero que cualquier apresurado. Es saber que el haz de luz está detrás de cualquier sombra, que puedes hablar con un árbol y que te cuente del tiempo pasado.
Parir ideas es parir pájaros. Con la necesidad absoluta de saciarles el hambre, de ser prisma y encuadrarlos en colores, de abrir el cerebro y sacarlos, sea un pájaro, gemelos, trillizos. ¿Cuánto tiempo podremos abrir los hemisferios como para saber cuántos pájaros podemos parir? Parir pájaros connota decir: Abre las piernas cabeza ¡puja!, que las ideas quieren volar. Ideas de tolerancia, libertad, igualdad y fraternidad. Es momento ya.
Morir implica una disonancia cognitiva misteriosa, claro oscura, de saber o no si al ser tan aburrida la espera de la muerte es preferible suicidarnos todos los días y auto engendrarnos otra vez para vivir plenamente el tiempo, para no prejuzgar la nada sin intentar primero saberlo todo. Este nacimiento será nuestra paz. Mudémonos para amar a todos. (O)