‘Yo estuve en Loja’

Adolfo Coronel Illescas

La gente lojana inteligente, idealista, culta, está motivada por el Festival Internacional de Artes Vivas cuya segunda edición, con algunas variables que aspiramos mejoren el evento, se realizará del 16 al 26 de noviembre próximo.

Bien sabemos que por vivir “felices” con el centralismo dicho festival se lo dirige desde Quito, sin embargo, de lo cual el Municipio y los gestores culturales de Loja están apoyándolo decididamente a fin de exponer al visitante lo que tenemos y nos esponja de orgullo, el arte y la cultura, en la que se incluye la mística de la amistad y el respeto del lojano, presente con una hospitalidad leal, anchurosa y buena para recordarla siempre e inolvidablemente.

Y dentro del arte y la cultura habíamos sugerido en esta columna una muestra o exposición del libro y por supuesto del referente armónico más importante de Loja, la música, no solamente para justificar lo que somos, sino facilitarle al turista que nos visite lleve a su regreso una muestra de lo que producimos: un libro, un disco, un recuerdo de que “Yo estuve en Loja”, la ciudad de las sinfónicas, de los escritores, artistas y compositores que nos proporcionan una identidad única. Y manteníamos esta idea o propuesta de ruta como un “souvenir” que es propio de la visita a otra ciudad o país. “Una transición del arte en vivo” a un recuerdo también en “vivo”, porque leer un libro o escuchar la música de la ciudad que visitamos, tiene la misma validez para recordar por siempre el magno acontecimiento. Un personaje de cultura, un académico o artista internacional a su regreso no va a decir

“Yo estuve en Loja” y les traje bocadillos, quesadillas, roscones o “puercas”. Hace falta preocuparnos para posicionar la frase “Yo estuve en Loja” con nuestra artística cosecha.

Asimismo, debería invitarse a periodistas, críticos literarios, a palabristas, que siempre tienen las manos extendidas a los temas profundos, para que nos ayuden con sus criterios, a trascender el festival y a Loja como referente del turismo cultural del país. La criticidad seria y profunda es necesaria, más si se trata de un encuentro a nivel internacional. Es posible que lo sugerido ya esté en el programa general. De no estarlo, es solo una idea y las ideas no prescriben. (O)