Luis Muñoz Muñoz
La estrategia jurídica, de la defensa de Jorge Glas, ha dejado al descubierto que con la recusación al Juez que conoce la causa, pretende alejarlo del proceso, a fin de que la Audiencia de formulación de dictamen y preparatoria del juicio le sea favorable, y el nuevo Juez, dicte un sobreseimiento definitivo, con lo cual el Vicepresidente, puede quedar libre de “culpa y pena”, recuperando su inmediata libertad y se cancelarán todas la medidas cautelares dictadas en el proceso, alcanzando una gran victoria jurídica y política, que le permitirá volver al cargo y exigir que las funciones que les fueron retiradas le sean devueltas, por haber desaparecido los escollos legales que se argumentaron en su momento para dejarlo sin funciones.
La defensa de Glas, con seguridad, busca que uno de los jueces incondicionales al Gobierno de Rafael Correa, sea el Juzgador que conduzca la Audiencia que está próxima a darse y ni dudarlo que un Magistrado del agrado del procesado, aplicará la “ justicia complaciente”, pagando el favor de haber llegado a tan alta dignidad, no por méritos como debe ser, sino por las influencias políticas en el Gobierno pasado y de triste recordación.
No olvidemos que el Consejo de la Judicatura está intacto, y son los mismos que le metieron la mano a la justicia, la manipularon y continúan actuando veladamente en la defensa a ultranza en beneficio de Glas. Franco Loor, abogado del procesado, ha venido planteando una serie de recursos, como la revisión de la prisión preventiva de la que desistió y en su defecto planteó el recurso de Habeas Corpus, y paralelamente le recusación al Juez Miguel Jurado Fabara, con el fin de dilatar el trámite judicial y encontrar al Juzgador, que se comprometa con “con alma, vida y sombrero”, a poner en libertad al Vicepresidente enjaulado bajo cargos de alarmante corrupción. ¿Habrá quién le ponga cascabel al gato? (O)