Ricardo Guamán Araujo
¡Qué bueno! un año más en la capital Cultural del Ecuador, celebrando sus fiestas de independencia y en honor a ello y también a lo que este pedacito de nuestro país significa para todos y a todo lo que en las diferentes ramas de la cultura nos ha dado, una segunda edición del Festival Internacional de las Artes Vivas.
Del 16 al 26 de noviembre, los lojanos demostremos lo cálido de esta tierra, la más linda de la tierra. Una vez más nos reencontramos con los que vinieron el año pasado y a sumar a los que vienen por primera vez y que en estas fechas sea parada obligada para que por siempre sean parte de este espectacular arte vivo cultural.
Que los ‘seres extraños’ no sean tan extraños; seamos los guías de nuestros compatriotas y amigos del extranjero. Es hermoso ver cómo se une Loja del pasado y Loja del presente y cómo se proyecta para el futuro. Solo actos de esta naturaleza amigan a las personas con gran aprecio y alegría.
No nos asombremos si vemos a algún famoso o intelectual por la calle Bolívar o la Rocafuerte, por la 24 de Mayo o por la Miguel Riofrío; si los vemos tocando guitarra mientras cantan sentados en alguna vereda, si solo vinieron a pasear, este es el escenario y ya están ahí.
Seguros estábamos desde la primera vez que se mencionó esta aspiración para que sea hecho desde a la Inmaculada Concepción, las palabras sobran y dar detalles solo es rememorar, dejemos que nos vuelvan a descubrir, dejemos lo demás a un lado, no es momento de aquello, disfrutemos y hagamos disfrutar. Que el Villonaco, el río Zamora y el río Malacatos sean los eternos testigos.
Si Pablo Neruda decía que a España se lo lleva en el corazón; Roberto Bonafont, el poeta del fútbol, manifiesta que a Ecuador se lo lleva en el alma; nosotros hagamos que Loja sea inmortal. (O)
@EMDLS