Se va quedando solo

Patricio Valdivieso Espinosa

La ley de la vida nos muestra inexorablemente etapas que cumplir: nacer, crecer, reproducir y morir. Tratar de romper esa lógica, no hace sino frustrarnos tarde o temprano, ya que ningún mortal, ha podido superponerse a las reglas universales. De ahí, es obvio que hay seres, que al intentar eternizarse se van quedando solos. Pasa igual en la política, existen aquellos que les ganó la arrogancia, y en el entorno de su soledad, crearon un egocentrismo tan alto, que sienten que son irremplazables y pretenden perennizarse; dicen ser los únicos; que no los pueden superar. Falsa idolatría, que pronto encuentra su final.

El poder excesivo seguramente es parte de ese ilusionismo, que los hace creerse predestinados; más aún, cuando les dio resultado gobernar con prepotencia, sembrando temor; incluso, sienten que sus seguidores obedecen más por lo que sabe imponer, que por obrar anteponiendo la buena fe. Claro que también es cierto, en su entorno hormiguean algunos aduladores, que pretenden ocupar el sillón del capitán del barco, sin considerar que el Titanic se hunde y no deja rezagos; pues a lo interno, y en el fondo del grupo cercano, no importa quién lo acompaña hasta el final, sino quien lo puede relevar.

No debemos pasar por alto, que como cualquier producto, todo político tiene fecha de expiración; sin embargo, muchos no entienden el momento preciso de su lógica retirada, que los ubicaría en un despido con gloria; pero los que se ufanan en eternizarse, tendrán un trance catastrófico, sintiendo cada vez más lejana su victoria. Lo lógico sería que sus buenas experiencias, sus conocimientos positivos y aportes mesurados, formen parte de esa fecunda enseñanza en favor de quienes los van a reemplazar, y no aferrarse a esa tediosa rutina de sentirse que no tienen par.

El espíritu de la verdadera democracia es ejercer el poder con real alternancia; es anteponer el sentido colectivo por encima del personalismo; no hacerlo, solo labra el camino, que oscurece la soledad del poder. No entender el momento preciso para dar paso a los cambios generacionales impostergables, es cometer un error; pasar por alto la retirada obligatoria, es caer en el masoquismo político. Es tiempo de renovar las ideas, renovar los cuadros políticos; quien se niegue a los cambios, se va quedando solo. (O)

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