Andrés Ontaneda Vivanco
La mayoría de las veces relacionamos la “crisis” solamente con la materia económica, sin embargo, esta palabra guarda un código que se encuentra en el inconsciente colectivo de nuestra sociedad que debemos conocer y reflexionar.
Las finanzas son muy importantes para nuestra supervivencia, sin embargo, nuestra crisis no se debe a la de los bolsillos, es una pobreza mental, estamos improntados, viviendo en el recuerdo y no en la realidad, seguimos teniendo la misma percepción y otorgando significados que quedan muy lejos de su verdadero sentido, nos mantenemos en la dependencia de terceros y con el ejemplo de los empíricos.
Sin embargo, existe algo más profundo que la crisis mental, es la crisis de los valores. Hemos perdido nuestra esencia, se ha olvidado la convivencia, se ha escondido la alegría, hemos olvidado la gratitud, y nos concentramos en el “tener” y nos olvidamos del “ser”, si priorizamos este último podemos alcanzar el hacer, dar, y tener el bienestar personal y social.
Necesitamos reprogramar nuestra mente, borrar estas improntas y desprendernos de esta herencia mental que nos han impuesto mediante el pleito, la bronca, la ira, el rencor, irrespeto y sumisión, fundamentadas en caprichos personales.
Dejemos de sobrevivir y huir, no esperemos un motivo, o recibir para servir, a los chazos nos mueve una motivación y razón llamada Loja, debemos descubrir entre todos la verdad que nos lleve a reinventar esta sociedad porque estamos viviendo entre sombras y no entre humanos.
A enfrentar la crisis con esta frase de John F. Kennedy: “Los chinos utilizan dos pinceladas para escribir la palabra crisis. Una pincelada significa «peligro», la otra «oportunidad». En una crisis toma conciencia del peligro, pero reconoce la oportunidad». (O)