La consulta es una realidad

Remo Cornejo Luque

En medio de la crisis política, fruto de las contradicciones internas entre grupos políticos y económicos que disputan la conducción del Estado y que sumerge en el pantano del desprestigio a toda la institucionalidad gubernamental, se convoca, vía decreto presidencial, la Consulta Popular.

Dicha iniciativa nació desde el movimiento popular mucho antes de la posesión del actual Gobierno, surgió en medio de la resistencia social que pugna por descorreizar toda la superestructura del país y busca recuperar derechos y libertades mancilladas en la última década. Cierto es que la consulta no resolverá todo, pero es un paso importante.

Los esfuerzos de Alianza País para impedir su realización fueron inútiles. La presencia, grosera y efímera, del responsable del mayor atraco a los fondos públicos en la historia ecuatoriana fue contraproducente, ahondó sus pugnas. El retorno a Bélgica se dio sin pena ni gloria. El pueblo organizado se prepara para derrotar al correísmo el 4F, con un SÍ rotundo en las 7 preguntas.

Pero el escenario del referéndum, tiene al centro otros problemas entrelazados. Uno, es la crisis económica que se viene enfrentando con más endeudamiento externo, sin una adecuada política de reactivación productiva y cuyos efectos se siente en los sectores populares: 6 de cada 10 ecuatorianos no tienen empleo pleno; 52% de la población gana menos que el Salario Unificado; los salarios de los trabajadores siguen congelados.

Otro, es la abstrusa “cirugía mayor” contra la corrupción que no se ve. Parecería que la fiscalía y procuraduría no se deciden a entrar siquiera a la sala de operaciones y pasar el bisturí. Y para colmo, las revelaciones de Mangas de todo el contubernio entre correístas y morenistas, desnudan el cabildeo sucio de los gobernantes. ¡No crean al pueblo tonto! (O)

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