‘De angas o de mangas’

Adolfo Coronel Illescas

Que el país atraviesa un momento difícil para nadie es desconocido, pero que el presidente Lenín Moreno de ‘angas o de mangas’ tiene que rectificar y desvirtuar las sospechas del duro remezón que se hace público desde sus propias filas, es necesario e indispensable. Las confesiones del hombre de más confianza, su secretario particular Eduardo Mangas, ha metido al gobierno en un gran enredo político, cuya posición incómoda pone en duda inclusive la existencia de un fraude en el proceso electoral último, cuyo mayor responsable conocedor de que resulta difícil esconder para siempre la verdad y antes de que el río suene se fue, renunció, llevándose en su conciencia un “honoris causa” por su “lealtad” revolucionaria.

Las revelaciones de Mangas “de todo el contubernio entre correistas y morenistas, desnudan el cabildeo sucio de los gobernantes” pensando que el pueblo sigue tonto por cansancio social y agotamiento político. Tal vez un poco todavía, porque nos tienen embobados con la consulta popular, que debería realizarse en un ambiente más armonioso “para sepultar políticamente a Correa y a sus pocos seguidores”. Sin embargo, Mangas lo echó a perder casi todo. Ha levantado una ola de enorme desconfianza hacia el Gobierno y ha generado una pérdida de credibilidad sobre el propio Presidente, según el criterio político de Felipe Burbano de Lara y unos cuantos más.

Pero el daño está hecho, las dudas están ahí, la credibilidad ha sido erosionada y no precisamente por la oposición sino “por las propias huestes”. Sin embargo, comprometidos como estamos todos por corregir el rumbo, debemos estar atentos a todo intento político. Los conflictos internos entre ovejunos por el cambio de gobierno están generando serias consecuencias, que obligan al Mandatario a liderar una acción más transparente y urgente. Tal vez enero de 2018 sea la oportunidad, cuando por “delicadeza” presenten su renuncia las cabezas de gobierno y pueda entonces limpiar ese armario lleno de esqueletos cuyas puertas ya no pueden contener, y “barrer la basura” de la década perdida.

Antes que se nuble más el horizonte, ‘de angas o de mangas’ hay que dar un giro de timón en vez de la ‘vista gorda’ que nos llevó al fracaso con la revolución. (O)