Una opción en duda

Adolfo Coronel Illescas

A juzgar por la explicación del Ministerio de Transporte y Obras Pública (MTOP), la ampliación de la vía Loja-Catamayo no sería a cuatro carriles sino a tres, poniendo en duda una justa aspiración a un proyecto, que no importa quién lo haya promovido y defienda, por tratarse de una arteria vial de extrema importancia para Loja intervenida hace 20 años, hoy es la más necesaria, porque por allí entra y sale el progreso, desarrollo y la esperanza de los lojanos.

Poner en duda los cuatro carriles y un túnel para acortar distancia, con justificaciones que no convencen, cuando inclusive en otros países están prohibidos los tres carriles, es ubicar a Loja otra vez en “el síndrome de la escasez”, es decir en la limitación de opciones de escoger la mejor por sus exigencias de transporte vehicular, que aumenta cada día notablemente. Tenemos que ubicarnos en la opción obligada sobre la base de los recursos del Estado, lo cual nos hace pensar que su reconstrucción empezará cuando devuelvan los de AP lo robado, es decir… La igualdad o equidad para Loja no ha existido, nunca la mereció, por eso Benjamín Carrión siempre repetía: “… el Ecuador dejó a Loja vivir sola consigo misma y, al no extenderle su mano grande, le dijo que solamente su esfuerzo debía valerle”.

Ante la necesidad de un mejor destino para Loja conviene una actitud de apoyo a la apelación de su pasado, que deben hacerla nuestros asambleístas, autoridades y más representantes del pueblo, para que la desigualdad no se haga más insoportable. Es posible que la técnica aconseje una vía de tres carriles, pero hay que empeñarse en hacer una mejor por obvias razones y no quedarnos como siempre dándole la espalda al tiempo. Por eso la vialidad estatal en Loja no es recomendable: El IV Eje Vial comenzando por la vía Loja-Vilcabamba es deplorable; el asfaltado de la carretera Villonaco-El Cisne-Ambocas, sigue tropezando en piedras ya conocidas; la vía a Zamora y otras.

Luego de la Consulta Popular donde Loja se decidió por el Sí para que las cosas cambien, tenemos derecho a otra definición. Sin embargo con serena dignidad, sin hacer de la política el Carnaval del lodo, debemos apoyar toda iniciativa o proyecto de esfuerzo propio, pensando en Loja no en los nombres. (O)