El pantano político

Patricio Valdivieso Espinosa

Hacer política nunca ha sido fácil y menos cuando se pretende hacer una política diferente, propositiva y con estilo propio; no es fácil, porque hay que enfrentar a todo un sistema preconstruido que se autoprotege, cuyas mafias se resguardan apadrinando y utilizando a nuevos actores, que de manera impensada minimizan las alternativas nacientes. El camino a más de pedregoso está rodeado de terrenos pantanosos, desde donde vigilan cual campo minado, cuando se pone en riesgo las prebendas que obtienen del poder, no solo los iluminados, sino sus círculos familiares, que en el discurso hasta asoman como contrarios.

Es fácil identificarlos, basta ver sus círculos familiares y entendemos la forma en cómo se sortean los lugares en los que deben ubicarse, para desde ahí hacer un trabajo político; pero terminan desnudando sus protervos fines, porque se acomodan rápidamente y con facilidad inusitada en las entidades que dicen servir con fervor. Ese es el verdadero pantano político, en el que, si cualquier común se atreve a mirarlo, lo intentan destruir a como dé lugar; o, si se atreve algún ciudadano fuera de su círculo a disputarles, se salen de sus casillas y con «guante de seda» golpean furibundos, evidenciando el temor al ver en peligro la familiocracia.

Creen ser de una casta social diferente, según ellos, son la nueva aristocracia criolla local, y por sí solos, se convencen ser los únicos sucesores, creen que nacieron para gobernar incrementando sus patrimonios lujuriosos. Pero ese falso linaje, precisamente es el que los desnuda y pone al descubierto su verdadera faceta, el de trabar de cualquier forma las nuevas opciones; claro que también, suelen pensar que, es preferible que sigan ganando los tradicionales, para vender en las próximas contiendas electorales, que ellos sí son realmente nuevos.

La política no debería desarrollarse en un terreno pantanoso, pero por ahora hay que sortear los obstáculos: el reto, precisamente está en hacer las cosas de manera diferente; el truco, en identificar la sinceridad de quienes quieren que hagamos esas cosas diferentes; y, el medio, unirse con gente diferente, pensar diferente y vivir diferente. Para alcanzar estos objetivos, hay que renovarnos, ser rebeldes, entender que no encajamos ni seremos aficionados a las reglas impuestas por el statu quo. (O)

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