Se prevé que dentro de una o dos semanas la Prefectura realice trabajos en la carretera.
El mal estado de la vía antigua Loja-Cuenca, que va desde el barrio Sauces Norte hasta la parroquia San Lucas, preocupa a quienes viven en los sectores ubicados a lo largo de esta carretera.
Maritza Armijos, moradora del barrio San Juan, no oculta su malestar por los inconvenientes que representa el estado de esta vía de tierra. “Se hacen muchos huecos, los buses no pasan adecuadamente y siempre tienen dificultad”, señala la ciudadana.
A lo largo de este ramal son evidentes los baches, el polvo cuando es verano, o el lodo cuando llueve. También lo angosta que es la vía en varios tramos es una preocupación para los moradores.
El estado de esta carretera también impide que el servicio de taxi se cumpla con normalidad. Maritza Armijos dice que no todos los taxistas acceden a llevarla hasta su vivienda, pues ellos aducen que los vehículos pueden sufrir daños por los huecos de la vía.
La moradora indica que junto a otros habitantes del sector, hace dos semanas aproximadamente, contrataron con su propio dinero y pidiendo colaboración económica a transportistas que usan la vía, maquinaria pesada para tapar un bache de considerable dimensión.
Problema
El presidente del Gobierno Parroquial de Jimbilla, Celín Gordillo, dice que a la vía antigua a Cuenca, la Prefectura de Loja le da “muy poca importancia”.
Señala que los barrios que conforman la parroquia Jimbilla son los que principalmente se sirven de la vía.
Aduce que Jimbilla es un sector turístico por sus atractivos naturales, sin embargo el estado de la vía es un problema. Menciona que quienes visitan esta parroquia siempre muestra su preocupación por el estado del ramal.
Puntualiza que como autoridad parroquial siempre está insistiendo a la Prefectura de Loja para que mejore la vía. “Siempre pasamos en constante gestión”, refiere.
Atención
Fabián Villamagua, gerente de la empresa pública Vialsur de la Prefectura de Loja, informó que entre dos y tres veces al año realizan trabajos en la carretera.
Es así que el año pasado, entre abril y finales de julio, según Villamagua, se ejecutaron trabajos de reconformación de toda la carretera desde Sauces Norte hasta llegar a San Lucas. Incluso esa intervención comprendió algunos kilómetros que no son competencia de la Prefectura. El funcionario explica que los aproximadamente tres primeros kilómetros de la carretera, que comprende desde Sauces Norte hasta el sector conocido como Florencia, le compete el mantenimiento al Municipio de Loja por ser aún una zona urbana.
Señala que sin embargo, la Prefectura, desde que inició la administración del prefecto Rafael Dávila, le ha dado mantenimiento a toda la vía, que incluye 33.5 kilómetros de longitud aproximadamente.
Otra intervención que ejecutó el año pasado la Prefectura fue en noviembre. En esta ocasión se trató de un rasanteo con motoniveladora. “Ese trabajo lo volvimos a hacer en noviembre y quedó la vía expedita”, señala Villamagua.
No obstante, señala que por el invierno cualquier vía se deteriora, por lo que anuncia que en la temporada de lluvias que ya se vive habrá trabajos de mantenimiento emergentes en las vías de la provincia, incluida la antigua a Cuenca.
Actualmente en esta vía la Prefectura no realiza ningún tipo de trabajo. El gerente de Vialsur dice que están a la espera que maquinaria que está en otro sitio culmine su trabajo. Anuncia que dentro de una semana o dos, la institución estará laborando ahí. Sin embargo, Villamagua dice que si antes de ese tiempo se presenta alguna emergencia por las lluvias, la atención será inmediata. (JGN)
LA CIFRA
33.5 KILÓMETROS es, aproximadamente, la longitud de la vía antigua.
Explotación de pétreos, un problema para la vía
Fabián Villamagua dice que un problema que afecta la estructura de la vía antigua es la explotación de materiales pétreos. Explica que quienes extraen los pétreos del río contiguo a la carretera, acumulan el material en especies de playas, lo que hace que la corriente del río se desvíe de su cauce normal. Entonces, la corriente choca contra la estructura de la vía y genera el socavamiento de la mesa de la carretera. “Eso hace que la vía vaya perdiendo ancho”, agrega.
Lo que pide Villamagua es que las autoridades que regulan el tema de explotación de pétreos apliquen controles “para que el río no siga haciendo daño a la mesa de la vía”.
Asimismo, algunos tramos de la carretera también son usados como escombreras.