Les cuento

Adolfo Coronel Illescas

Fui a pagar el servicio de agua potable en las ventanillas del Municipio de Loja y por lógica me ubiqué en la fila de los de la “edad acumulada”. Y mientras esperaba el turno, ciudadanos del área rural en su mayoría mujeres de la “edad dorada” (70-80 años), “chismeaban” sus vivencias, alegrías, logros, quejas y tropiezos, algunos cargados de sabiduría y otros con pestilentes historias de la corrupción que ahogan al país: que el Moreno no da pie en bola por el agujero negro de Correa. Que van a subir el gas y allí sí nos “jodimos” nosotros o el Presidente, comentaban. Protestaban porque la “vejez no ha sido tomada en cuenta en el Día de la Mujer”. Inclusive pronosticaban que el “Chato” sería reelecto como alcalde. ¡No! dijo una señora que no tiene prisa en morir. ¿Por qué? preguntó su compañera de barrio. Y allí terminó mi escucha porque me tocó el turno.

Pasé a la ventanilla para pagar la factura del agua potable y me llevé una sorpresa. Tenía una multa por “mal uso de la vía pública”. La sorpresa era porque no recordaba haber sido notificado en virtud de que la susodicha infracción tenía fecha 27 de octubre de 2017. ¿Dónde? La Comisaría Municipal de Tránsito me recordó que ha sido en un amplio retiro o entrada de una clínica ubicada al norte de la ciudad y a la que Tránsito la califica como vereda, porque no tiene permiso municipal para parqueadero de vehículos de los pacientes que llegan de emergencia. Sirva entonces esta oportunidad para que las autoridades competentes exijan que todas las clínicas públicas y particulares dispongan de parqueaderos o un espacio debidamente legalizado en la calle, para uso de quien o quienes necesitan atención de urgencia.

Es cierto, y para eso son las leyes, que el conductor de un vehículo puede en cualquier momento infringir la ley de tránsito, pero allí debe estar la comprensión, capacidad, y buena preparación del agente de tránsito, para en algunos casos advertir, prevenir, asesorar al conductor y en vez de estirar la multa estirar el alma, “lo importante es que hablen de ti aunque sea bien”.

Les cuento, porque no hay nada que tenga tanto valor como una mente lúcida a pesar de las arrugas de la experiencia. Y que siempre hay una sensación admirable de satisfacción al realizar el trabajo bien hecho. (O)