Hasta cuándo tantos absurdos

Pablo Fabián Ortiz Muñoz

En el Programa Visión 360, televisado, el 11/03/2018 (en la mañana), se presentó un artículo denominado: “Rompiendo el Silencio”, en relación a la serie de denuncias, sobre acoso sexual y violación, contra niños y adolescentes, cometidos en los centros de educación, por parte de los docentes de las instituciones; muy buen artículo por cierto, mis felicitaciones a los periodistas.

En lo que respecta al artículo, pude observar algo que me llamo mucho la atención, en las entrevistas efectuadas; entre las inquietudes expresadas por algunos de los entrevistados, se atribuye que muchos de los problemas presentes en los centros de educación, se deben, a que por parte del Ministerio de Educación, se permite el ingreso a la función educativa, de profesionales de otras ramas (economistas, ingenieros, doctores, etc.) y no exclusivamente a los de ciencias de la educación; como se puede definir eso, siendo sutil, qué tamaña brutalidad, por algo el país, está como está, no solo por los políticos; solo escuchar esos comentarios, me da la idea a futuro, en qué manos está la educación de nuestros hijos y el futuro del Ecuador.

Señores, por favor, ser maestro no es algo que se aprende, ser maestro es un don, conozco ingenieros, doctores, abogados, médicos, etc., con una capacidad para impartir la cátedra única, así como, conozco profesores con maestrías, doctorados, que dan mucho que desear, de que en todo grupo social existan malos elementos, no lo dudo, pero como decían nuestros antiguos, la excepción confirma la regla.

Que el estudio nos perfeccione y modele, para aplicar métodos y técnicas pedagógicas que faciliten la enseñanza – aprendizaje, totalmente de acuerdo, pero también es muy cierto, que él que no nace para la docencia, no nace, no hay que darle vueltas al asunto.

Será de preguntarles, a los señores entrevistados, si con tanto estudio, tanta especialidad y tanta preparación, la educación anda de mal en peor, que es lo que está pasando, o es que acaso de eso también tenemos la culpa los ingenieros, los doctores, etc., que fácil se nos hace echar la culpa a otros, de los errores nuestros, hay que pensar antes de hablar. (O)

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