Fundación Liga de Caridad

Lucía Margarita Figueroa Robles

El mundo sin manos solidarias, sería como un mundo sin corazón. Y es que frente a las grandes desigualdades, alcanzar un verdadero progreso no sería posible sin la cooperación de todos, pero sobre todo sin la solidaridad con los más desposeídos. Así una de las formulaciones del imperativo categórico del filósofo Kant establecía: “Obra de tal modo que trates a la humanidad, en tu persona o en los demás, siempre y al mismo tiempo como un fin y nunca meramente como un medio”. Es decir reconociendo a los demás en su propia dignidad.

Existen fundaciones encargadas de llenar un vacío, frente a los desastres de un mundo dominado exclusivamente por los intereses económicos y del ego o la vanidad. Con estas fundaciones se da una ejercitación práctica de la solidaridad entendida con una empatía por los más desfavorecidos. Y en nuestro medio la Fundación Liga de Caridad, creada el 14 de marzo de 1939, ha dado muestras de un verdadero trabajo desinteresado, contribuyendo por 77 años a través de un espíritu cristiano a mitigar los efectos de la pobreza en nuestro terruño, mediante la correcta administración de los fondos de la organización, mismos que se obtienen especialmente de las tarjetas donación, que con un carácter de exclusividad son canjeados por la Liga de Caridad para financiar el mantenimiento de la Casa de la Misericordia “Santa María Josefa” de Enfermos Terminales, construida a partir del año 2001; y así mismo desarrollando diversas actividades encaminadas a mejorar las condiciones de vida de los sectores marginados de nuestra localidad, difundiendo valores morales, organizando el voluntariado, etc. Recordemos lo que recoge el artículo primero de la Declaración Universal de los Derechos Humanos (1948): “Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros”. Mi enhorabuena a la Fundación Liga de Caridad por su aniversario, y por demostrar que todavía existe solidaridad y compromiso por los desfavorecidos. (O)