‘Las redes’

Mons. Alfredo Espinoza Mateus, sdb

La Iglesia no es indiferente frente a la comunicación, y de manera especial, frente a las redes sociales. La voz de la Iglesia ha ido marcando el camino a recorrer en este tema.

En el año 2011, Benedicto XVI señaló la “autenticidad” como el valor central a vivir en la era digital. En el 2013 habló explícitamente de las redes sociales como “lugares” para la evangelización.

Para mí las redes son eso, un lugar de evangelización. Cada día me comunico con cientos de amigos enviándoles unos dos “memes”, el uno con de buenos días, y el otro, un mensaje para la vida. Cuando me atraso un poco en enviar el saludo diario, inmediatamente me preguntan si me pasa algo. He hecho de esta tarea un verdadero apostolado y sé que esos mensajes son compartidos con muchos más, así se va creando una verdadera cadena comunicativa.

También a través del Facebook subo una oración, un pensamiento y el recorrido por los caminos lojanos llevando con alegría el Evangelio.

Si bien las redes son esos espacios y esos lugares para compartir la vida, los valores, lo bueno de cada día, también, por desgracia, se pueden convertir en lugar de “desencuentro” en vez de fomentar la “cultura del encuentro” de la que nos habla Francisco. Y ello sucede cuando no se busca hacer el bien sino que se utiliza para destruir, ofender, calumniar y atacar al otro.

Por eso, las palabras de Francisco son claras al respecto. “No es la tecnología la que determina si la comunicación es auténtica o no, sino el corazón del hombre y su capacidad para usar bien los medios a su disposición”.

Además nos dice: “También en red se construye una verdadera ciudadanía. El acceso a las redes digitales lleva consigo una responsabilidad por el otro, que no vemos pero que es real, tiene una dignidad que debe ser respetada”

Pensemos si a través de comentarios, de frases, anónimos, bromas, imágenes, hacemos el bien o hacemos el mal. Queda en cada uno el fin que dé a las redes sociales. Yo seguiré usándolas para hacer el bien y comunicar la Buena Nueva. (O)