Alfredo Espinosa, un actor integral

Teatro, cine y Tv. El perfil de un actor integral y político.

¿Tu carrera de 30 años empezó en La Condamine, tu colegio?

Sí. Pero desde chiquito yo ya organizaba a los amigos del barrio para hacer representaciones. Además, en la escuela, entre 25 mujeres era el único que hacía danza. De allí vinieron los talleres en el colegio y mi primera actuación con Vicky Frei, en ‘Los televisones’ una obra que narraba el conflicto de la Tv en la cotidianidad. El ejercicio de expresión en diversas artes siempre me gustó. Por ahí me decían exhibicionista. Y no: el cuerpo es mi medio de expresión.

Pero el diálogo es la base del teatro, incluso en un monólogo como en el caso de una de tus obras recientes: ‘El estupendo matrimonio de Zabalita’, con nueve personajes coexistiendo en un mismo narrador.

El teatro es un hecho dialogal, un gusto por contar historias. En Zabalita, el narrador media en la transformación de esos personajes. Pero también hay otros niveles, como el soliloquio casi filosófico, o el hablarle a un interlocutor ausente o el dirigirte al público e incorporarlo como un interlocutor-testigo.

Aunque también hay un sector que sostiene que el público no es la razón de ser de un teatro puro, virginal. Sin embargo, el teatro se modifica con cada representación, con cada confrontación con el público. Por eso el teatro es un hecho netamente político.

Casi todas tus obras se inscriben en ese horizonte. ¿El teatro político es, entonces, el arma con la cual te enfrentas al teatro de la política?

Me parece que en la actualidad teatral hay un error: creer que no hay un fundamento político en el teatro, porque eso desvirtúa su germen ritual.

Eso se ve en ‘Kito con K’, ‘Un enemigo del pueblo’, ‘Tocando fondo’. ¿También en ‘Ladies night’?

Sin duda. Digan lo que digan, ‘Ladies night’ es un trabajo netamente político que se ambienta en Essex, Inglaterra, y pone en escena una crisis económica, generacional, de ideología, de machismo… He procurado que todo trabajo teatral en el cual participe sea político. Y esto me ha generado un montón de broncas. Pero si no lo hago ¿para qué hago teatro?

Zabalita responde a un cuento de Alejandro Carrión. ¿Abrirá una puerta a nuevas puestas en escena de cuentos ecuatorianos?

Decidí explorar cuentos ecuatorianos y quiero videografiarlos. Quiero hacer una primera serie de seis mediometrajes. En esa investigación me encuentro con Zabalita y descubro un maravilloso universo literario en Alejandro Carrión.

¿Qué viene ahora?

Un Chulla Romero y Flores. Una obra de Paúl Puma. Y varios autores que te brindan temas universales.

El país creció a la sombra de muchos ‘Marcelos Chiribogas’. ¿Con qué autores tenemos una deuda impostergable?

Hay deudas clarísimas con Pablo Palacio, César Dávila y José de la Cuadra. A él la televisión lo destruyó cuando hubo una época en que se hacían versiones de su obra.

¿Un error de buena fe?

Es que después de lo que hizo la Tv ¿quién va a querer leer literatura ecuatoriana? Además, hemos leído a demasiados consagrados por encargo de la teoría literaria, de las editoriales, de los exprofesores.

¿Y en lo personal?

Un escritor que me divierte es Eliécer Cárdenas. Sus historias son maravillosamente videografiables. Adolfo Macías también es extremadamente interesante.

MONÓLOGO. ‘El estupendo matrimonio de Zabalita’, obra reciente de Alfredo Espinosa (Quito, 1970). Está basada en un cuento del lojano Alejandro Carrión.
MONÓLOGO. ‘El estupendo matrimonio de Zabalita’, obra reciente de Alfredo Espinosa (Quito, 1970). Está basada en un cuento del lojano Alejandro Carrión.

A Peky Andino hay que releerlo.

Por supuesto. Si hay un dramaturgo sistemático en Ecuador, es él. Sus textos, gracias a Dios, están revestidos de una poesía antinostálgica. ‘Medea llama por cobrar’, por ejemplo, es un textazo. Es una lástima que no haya publicado en la actualidad.

¿Cuán socarrón fue trabajar en ‘Un secreto en la caja’, el falso documental sobre el falso novelista Marcelo Chiriboga?

No sabía que existía ese género del falso documental y fue mejor porque lo gocé al máximo.

Ese fue tu primer rol protagónico en cine. Pero tú no haces distinción entre el sargento Flores de ‘Mono con gallinas’, o el Morales de ‘Mientras llega el día’, o el Manuel J. Calle de ‘Alfaro’ o el Presidente de Ecuador en la cinta argentina ‘La cordillera’. ¿Por qué no cabe esa diferenciación?

Una frase es igualmente importante que el diálogo de un personaje protagónico. Porque poder sostener un personaje es un reto fortísimo. Internarme en la selva para entender la vida de Flores o refugiarme en las celdas para preparar a Morales supone un necesario rigor para lograr un personaje acabado, completo.

Y en esta historia ¿qué lugar tienen sus papeles en EnchufeTv?

Es el proyecto audiovisual más importante en los últimos 20 años. Tiene un carácter comercial que no es malo per se, porque han ido en busca del rigor y han sabido posicionar desde el arte temas complejos como las diversidades. (IFP)

«El arte me equilibra. Creo, me apasiono, me rayo, exploto. Me libero, me transformo, me recreo. Soy yo y soy los otros. Me reencuentro”.

«En mi vida personal, hay una búsqueda de totalidad que es un buceo profundo. En el teatro hallo la paz porque veo todo desde arriba”.