Un aspirante a policía que sufre un accidente de tránsito en servicio pide regresar a la entidad uniformada

Meta. A Roberth Andrés no le interesaba otra profesión que no sea la de policía.
Meta. A Roberth Andrés no le interesaba otra profesión que no sea la de policía.

El aspirante a policía sufre el accidente cuando estaba en servicio.

El sueño que de niño tenía Roberth Ponce Vargas de ser un policía del Ecuador se truncó a los nueve meses de su formación en la escuela de Policía ‘Cabo segundo José Lisandro Herrera’, ubicada en el recinto Fumisa, del cantón Buena Fe, de la provincia de Los Ríos.

El sábado 21 de noviembre de 2015 Roberth Andrés empezaba a cristalizar su sueño. Todo el esfuerzo físico e intelectual que hizo para ingresar a la Escuela de Formación de Policías de Línea se estaba cumpliendo y no iba a rendirse por dura que sea la preparación.

Percance en servicio

Nueve meses después, el jueves 18 de agosto de 2016 la tragedia se cruzó en su camino. El carro en el que el aspirante a policía Ponce Vargas regresaba a la Escuela con otro compañero y un suboficial de esa institución se involucra en un trágico accidente de tránsito.

Ángel Lauterio Ponce, padre de Roberth Andrés, dice que su hijo sufre el accidente de tránsito cuando cumplía una disposición de sus superiores y salió de la Escuela con la autorización de ellos. El percance se da cuando el aspirante se encontraba de servicio.

Le quitaron el sueldo

Roberth Andrés ingresó al Hospital de la Policía de la ciudad de Guayaquil, capital de la provincia del Guayas. Ahí permaneció tres meses en la Unidad de Cuidados Intensivos. La estadía no implicó un gasto para la familia del aspirante, pero sí debían comprar las medicinas.

“Le trajimos a la casa. Él estuvo cerca de ocho meses en silla de ruedas. Los primeros meses le daban el sueldo de aspirante, que son 140 dólares y luego le quitaron. Los compañeros de mi hijo se graduaron y le suspendieron el salario”, comenta el progenitor.

Buscan incorporación

Ángel Lauterio Ponce busca, junto a sus abogados, que su hijo sea incorporado a la Policía y no le den de baja porque el accidente de tránsito que sufrió fue estando de servicio y la salida de la Escuela de Formación de Policías de Línea fue con la autorización de sus superiores.

El ofrecimiento de darle a Roberth Andrés un descanso médico por un año para luego incorporarlo como policía dentro de una de las cohortes (promociones) no se cumplió y por eso el padre del aspirante demanda a las autoridades que en ese momento dirigían esa Escuela.

Recuperación onerosa

El padre de Roberth Andrés para afrontar la recuperación de su hijo vendió un camión que le costó 22 mil 500 dólares en 16 mil y la Escuela no le apoyó con ningún centavo. La recuperación del aspirante ha sido onerosa, pero él durante el año y 10 meses ha ido convaleciendo.

Lo que Roberth Andrés no recuperará jamás es su ojo derecho y una parte del hueso de la cadera. El ñeque (aplomo) del aspirante le ha permitido dejar la silla de ruedas y camina, por el momento con un bastón. Él espera que la Policía le permita cumplir su sueño de niño.

TOME NOTA

El aspirante anhela regresar a la entidad uniformada y pone fuerzas para recuperarse. Es muy creyente y le pide a Dios que lo sane completamente.