Zoila Isabel Loyola Román
La caja de Pandora es un mito, cuyo origen lo encontramos, en la mitología griega. Explica cómo los humanos se volvieron mortales y cómo todos los males fueron instalados en la humanidad.
Permítanme hacer una interpretación libre de este clásico mito, que tanto me impactó durante mis primeros y únicos pasos en la filosofía. Todos tenemos una especie de caja de los recuerdos en algún lugar de la memoria donde guardamos historias. Haciendo una digresión sobre el tema, digo que esa caja de los recuerdos en los lojanos debe ser bastante grande, ¡enorme!, porque en ella se cría esa saudade tan nuestra y que nos caracteriza y que de vez en cuando no la podemos atajar y se desborda como una música, un escrito, un poema…destapando los recuerdos, haciéndonos sentir y vivir aquellas experiencias buenas, cálidas, bondadosas y también las que nos generaron dudas, miedo, dolor…
A diferencia de Pandora, nosotros, somos los dueños y los administradores de esta caja; y somos también los únicos responsables de lo que guardamos.
En un mito, Platón cuenta que, en el origen, el humano era un ser alado que vivía en un mundo celeste. Allí estaba en contacto con todo lo bueno, lo bello y lo justo. En un momento determinado este ser humano se identificó con el mundo de lo material, perdiendo lógicamente sus alas y la capacidad de volar. Sin embargo, el mito continúa narrando que cada vez que el ser humano percibe o está en contacto con la bondad, con la hermosura, la justicia, la libertad, la verdad, el amor, siente una emoción tan grande en su interior, que su alma recuerda el mundo espiritual del cual partió alguna vez.
Que el recuerdo de nuestro origen, nos impulse hacia las grandes metas y estemos seguros de querer nuevamente batir aquellas alas que alguna vez perdimos. (O)