El cambio climático

Patricio Valdivieso Espinosa

Los Seres Humanos, en su mayoría, aún no hemos tomado conciencia que, si no cuidamos la casa grande, las catástrofes serán insostenibles; que realmente los cambios drásticos de temperatura, son la mayor amenaza que enfrenta el mundo. No hemos contrarrestado el cambio climático; ni hemos discutido un adecuado ordenamiento territorial. Sólo hemos aportado a su destrucción: con la tala e incendio de bosques, incluso hemos dejado de reforestar; con el descuido de las quebradas, las hemos taponado o embaulado; con la canalización de nuestros ríos, borrando su encanto; con la degradación de los suelos; y, la malversación de las áreas verdes.

Ya es hora de que discutamos como sociedad los planes de mitigación, para no volver a sufrir desastres naturales; recordemos que tan solo hace algunos años: en el sector la Florida, existieron cuantiosas pérdidas por el movimiento de tierras; el terminal terrestre fue inundado por la corriente de la quebrada Shushuhuayco, colapsando el alcantarillado pluvial; en la parte alta de Sierra Nevada, hubo pérdidas humanas por un deslave; la quebrada Viveros en La Tebaida, se llevó la cancha del lugar.

Si estamos viviendo cambios bruscos del clima con temperaturas inusuales, por qué no nos preocupamos de la prevención, control y reparación integral de los daños ambientales. Dónde quedó garantizado el derecho de vivir en un ambiente sano y equilibrado; dónde están los incentivos a los GADs para mejorar los indicadores ambientales; por qué se saltan las consultas previas a las comunidades y otorgan concesiones mineras a mansalva; cómo reducimos la contaminación del aire. Dónde quedaron los principios ambientales: «el que contamina paga»; «la responsabilidad integral»; «indubio pro natura»; «desarrollo sostenible»; y, la “prevención ambiental”.

Aún no hemos discutido la política pública ambiental local, no hemos socializado la restauración del recurso forestal con fines de conservación, ni hemos desarrollado los programas de difusión y educación sobre el cambio climático. Tampoco hemos decidido sobre la protección de la vida silvestre y especies nativas; ni hemos hablado a profundidad sobre la prevención de desastres; no hemos elaborado y difundido el mapa de vulnerabilidad del cantón; ni la recuperación de quebradas, para saber realmente donde podemos vivir adecuadamente, descartando las zonas vulnerables y los suelos degradados. Es hora de implementar los cambios necesarios. (O)

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