‘Escoger el paraíso’

Mons. Alfredo Espinoza Mateus, sdb

Hay noticias que pueden pasar desapercibidas para la gran mayoría y son noticias, dentro de tantos “vientos huracanados” que la Iglesia viene soportando, que constituyen una “brisa suave” que refresca y nos muestra un gran sentido de fe, humildad, sencillez y de saber “perder” para “ganar” la vida eterna.

El viernes 14 de septiembre, el Papa Francisco aceptó la renuncia de Monseñor Lorenzo Voltolini, arzobispo de Portoviejo a su servicio Episcopal. Renuncia a los 70 años de edad, cuando le faltaban todavía cinco para hacerlo, y renuncia por una causa muy especial. Él lo dice claramente: “Creo que es sabio dejar que otros más jóvenes y capaces administren una Iglesia local en crisis positiva de crecimiento”.

Con humildad comprendió que era el momento oportuno para hacerse a un lado, sentía el cansancio y disminución de fuerzas, luego de todo lo que le tocó vivir a raíz del terremoto del año 2016 que afectó seriamente a Manabí.

Renuncia para servir a la Iglesia de una manera diferente. A su edad comenzará una nueva vida en un monasterio, en un lugar en el que la oración ocupa alrededor de cinco horas del día. Será un lugar en el que le esperan las manualidades de una vida monástica.

Él iba normalmente una vez al año a dicho monasterio a hacer sus retiros espirituales, y lo hacía desde el año 2007. Pero hoy, ha tomado la decisión de ser parte del Monasterio Trapense de “Santa María del Paraíso” ubicado en Salcedo, al que ya había pedido ingresar desde el año 2014.

Sin lugar a duda es una decisión radical, un cambio total en su vida. Él lo ha expresado sencillamente: “No huyo del mundo, sino que entro al mundo desde una dimensión diferente”. Será una dimensión de oración y contemplación. Una dimensión de silencio y abandono en las manos de Dios. Una dimensión de trabajo y fraternidad.

Gracias, querido Lorenzo, hermano y amigo, por tu testimonio que enriquece sin duda a la Iglesia. Desde el “paraíso”, ora por Francisco, la Iglesia Universal y tu Iglesia ecuatoriana a la que tanto quieres. (O)