Lecciones de la Feria

Gabriel U. García T.

Con la llegada de Nuestra Señora de El Cisne, la ciudad cambia su rostro. Las calles se llenan de gente y de color. Los lojanos esperamos esta temporada con ilusión. El tiempo de feria es, quizás, el más anhelado por chicos y grandes. Este año no fue la excepción.

En efecto, la centésima octogésima novena edición de la Feria de Loja tuvo muchísimas cosas y, también, nos dejó algunas lecciones. Hubo espectáculos de muy alto nivel, imponentes atracciones mecánicas, comercio de todo tipo, pero, tal vez, lo más importante fueron los más de 300 emprendimientos que se presentaron durante estos días.

La Corporación de Ferias de Loja procuró ofrecer facilidades para todas las personas que tenían una idea de negocio. En el fondo, estimuló la innovación y la producción. Allí vimos agroindustria, informática, diseño, alimentos, en fin, una serie de cosas que los lojanos somos capaces de hacer y con muy buena calidad. Fue evidente que la gente, de esta parte del planeta, no quiere dádivas sino la oportunidad de producir, de comerciar, de crecer en función de su esfuerzo.

A pesar de que uno de los artistas internacionales contratados, por razones de fuerza mayor, no pudo presentarse, la Feria no perdió su brillo. Quedó claro que, en nuestra tierra, hay un gran talento musical, capaz de enfrentar, con éxito, importantes retos.

También aprendimos que en Loja sí hay industria, que el problema no está en la producción sino en el mercado. Para ampliarlo necesitamos que, el Estado, entienda la natural vocación comercial de Loja y permita y facilite el comercio con el Perú.

Una de las cosas que se extrañó fue la feria ganadera. Siempre es bueno brindar un espacio para que los productores puedan lucir sus mejores ejemplares, intercambiar animales y conocimientos y, cómo no, realizar negocios.

En todo caso, el saldo es muy positivo. El complejo ferial, cada año, mejora su infraestructura y brinda espacios cómodos para comerciantes y visitantes. La Feria sigue siendo nuestro espacio comercial más importante. Felicidades para los organizadores. (O)

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