Entre los valores y la desidia

Yadira Consuelo Torres

«Solo nos queda la vía del escándalo y denunciar la falta de interés, la desidia colectiva y la incompetencia de las autoridades» era una de las frases que con pesadumbre salía de los labios de una adulta mayor, que impotente observaba por la mañana, cómo fuera de su vivienda en horas inhóspitas habían almacenado basura; mientras que una figura masculina algo raquítica y desorientada corría del lugar que posiblemente le otorgaba sustento.

Era un hombre joven que huía de la realidad que lo topaba, y se refugiaba en la sombra de cierto narcótico en busca de amnesia. Su vivienda la comparte con roedores dijo alguien, su colchón tiene una base de tierra y una fina capa de césped; se arrulla con el canto de las aves, mientras la nocturna bruma que surca el río Zamora lo cubre. Faltan escasos minutos dijo una vecina, para que cientos de estudiantes apresuradamente atraviesen el angosto puente que le sirve de techo, y miles de personas bien vestidos y perfumados con cierta apatía y recelo ignoren su presencia.

La pobreza, la indolencia y falta de humanismo; lo sentenciaron a vivir en el olvido.

Familiares de la anciana salieron molestos, a responsabilizarse de la obligación de otro. Y es que al parecer los valores van cediendo paso a actitudes negativas, a la despreocupación y al desinterés ante el dolor, sufrimiento o malestar de alguien; el modernismo por el cual estamos desarrollando cierto grado de adicción, tiene varias complejidades que se derivan de problemas sociales como la desigualdad y la miseria. Lamentablemente la desidia se enaltece y arrasa con aquellos valores que tienen gran importancia en el conglomerado social, cuyo abanderamiento lo llevan aquellas autoridades que no desean resolver problemas por anteponer intereses políticos y económicos. (O)

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