Diseñó trampas caseras para controlar la plaga. La economía y la efectividad las caracterizan.
“Validación de trampas caseras y atrayentes naturales para el manejo integrado de mosca de la fruta en la parroquia El Tambo” es el nombre del proyecto de investigación que desarrolló el joven lojano Roberth Arévalo Marín.
Se trata de un proyecto encaminado en proponer soluciones para evitar pérdidas en la producción de frutas en esta parroquia del cantón Catamayo a causa de la proliferación de la mosca de la fruta, considerada una plaga.
Arévalo Marín es egresado de la carrera de Ingeniería Agronómica de la Universidad Nacional de Loja (UNL) y con esta investigación, a más de ser requisito para obtener su título profesional, pretende brindar una solución práctica y económica a los agricultores que se dedican al cultivo de diferentes tipos de frutas.
Explica que las trampas y los atrayentes comerciales tienen elevados costos para el productor. Por ejemplo, una trampa comercial de moscas cuesta entre 10 y 12 dólares, mientras que una casera tiene un costo que no va más allá de los 40 centavos de dólar. A más del aspecto económico, el futuro ingeniero agrónomo indica que las trampas comerciales no son fáciles de conseguir en el mercado.
Propuesta
Roberth Arévalo Marín diseñó tres tipos de trampa casera y comparó su efectividad con una comercial. La comparación arrojó que dos de las tres trampas caseras son las de mayor efectividad y aptas para el uso de los productores frutales.
El objetivo de proponer dichas trampas caseras obedece a que la parroquia El Tambo es una zona donde se producen principalmente frutas como mango, guayaba, maracuyá, guanábana y chirimoya. “Ese tipo de frutas se ve altamente afectado por la mosca de la fruta”, explica, a la vez que dice que si no se realiza un adecuado control, se puede perder hasta el 100% de la producción a causa de la plaga.
Para elaborar una trampa casera como las que propone el egresado, se necesitan materiales como botellas plásticas, úrea, miel de panela, agua, y jugo de piña. (JGN)
Alianza
Roberth Arévalo Marín informó que actualmente la UNL mantiene un convenio con la Agencia de Regulación y Control Fito y Zoosanitario (Agrocalidad). Como parte de ese compromiso, esta última entidad planteó a los egresados de Ingeniería Agronómica realizar este proyecto de investigación. Sin embargo, el joven fue el único que consideró pertinente desarrollar el tema. Para llevar adelante esta investigación ha recibido el apoyo de Agrocalidad.