También es violencia

Soc. María Daniela Piedra C.

Luego que el 8 de agosto el Senado de Argentina dijera no al proyecto para despenalizar el aborto, me impresionó la cantidad de comentarios cargados de odio, incoherencia, desinformación y, muchos de ellos, violentos. Me decepcioné de mucha gente, no por no estar de acuerdo, sino por seguir alimentando la hostilidad que de por sí este tema ha generado en el Ecuador. La despenalización del aborto no solo tiene que ver con aprobar una ley, sino, esencialmente, con un cambio cultural y educativo.

El aborto es un tema complejo y sensible que no implica un acto de libertinaje de la mujer, más bien busca evitar un problema de salud pública. Pues esto, ha derivado en la muerte de niñas, mujeres jóvenes, e incluso adultas, y para aquellas que quedan vivas, un golpe psicológicamente fuerte.

Una política educativa de responsabilidad sexual de las personas y una política de salud a favor de las mujeres es una primera dosis para combatir la muerte física y emocional de muchas de ellas. Estoy consciente que me siguen faltando elementos que nutran una ley, y sobre todo, a una ciudadanía que no hace una lectura real, y que desconoce que detrás de un aborto clandestino hay un escenario de violencia psicológica y física.

Ninguna mujer toma la decisión de abortar con tranquilidad y nos corresponde como país dignificar a las mujeres libres de decidir sobre su cuerpo y guiar a las nuevas generaciones para que no tengan que vivir una experiencia de ese estilo, así tengan una ley que las respalde. El aborto no pasa como si nada por el cuerpo, ni por la cabeza.

Es por esto que los invito a leer, informarse y dialogar en paz para construir y crecer. Es violento hacer comentarios que juzguen, critiquen y hagan daño. Porque ignoramos lo rota que pueda estar una mujer que decide abortar clandestinamente. (O)