Ernest Hemingway: ¿Cómo condensar a los clásicos?

Imagen: Caricatura de Luis Carreño.
Imagen: Caricatura de Luis Carreño.

El reconocido librero Edgar Freire Rubio trae sus reflexiones, luego de sus infaltables lecturas mensuales.

Edgar Freire Rubio

“Casi han acabado el trabajo de compendiar a los clásicos. Se trata de un pequeño grupo de entusiastas condensadores que han trabajado durante los últimos cinco años para reducir la literatura mundial a bocados comestibles para consumición del agotado hombre de negocios. ‘Los miserables’, ha sido reducido a diez páginas. Parece que Don Quijote ocupa una columna y media. Las obras teatrales de Shakespeare no pasan de ochocientas palabras cada una. ‘La Ilíada’ y ‘La Odisea’ cabrán en el texto de un componedor y medio cada una”.

Este delicioso texto lo acabo de hallar en un libro que me regala mi amigo Milton Arias. Se titula ‘Los chicos y el Quijote. Aventuras para leer y pensar’ (Edit. Homo Sapiens, B. Aires, 2005). Las líneas pertenecen a un joven Ernest Hemingway (EE.UU., 1899-1961), de su artículo ‘Cómo condensar a los clásicos’, publicado en The Toronto Star Weekly, el 20 de agosto de 1921.

Quien años después se consagraría con un Nobel, prosigue: “Es algo magnífico poner los clásicos al avance del hombre de negocios cansado o retirado. Pero aún hay un modo más rápido de presentar el asunto a quienes han de correr mientras leen: reducir toda la literatura a titulares de prensa, seguidos de una pequeña nota que resuma el argumento. Por ejemplo, El Quijote: Caballero demente en una lucha espectral./ Madrid, España (Agencia de Noticias Clásicas) (Especial)./ Se atribuye a histerismo de guerra la extraña conducta de Don Quijote, un caballero local que ayer por la mañana fue arrestado mientras “combatía” con un molino de viento. Quijote no supo dar explicación de sus actos…”.

No creo que se enojen muchos editores ecuatorianos que se especializan en este menester de los digestos. Muchos defienden este ‘negocio’. Aducen que motivan a la lectura. Que muchos niños, luego, o un día acudirán al texto completo. ¿Así será?, me digo. Sería saludable un debate entre entendidos. ¿No les parece? Ahí les dejo ese entuerto, que parte de la palabra de un Nobel.

Grata sorpresa

La Corporación Editora Nacional y la Universidad Andina Simón Bolívar Sede Ecuador, se han lucido este mes. Luis Mora Ortega, por largos años, me pone al tanto de sus novedades bibliográficas. Dos libros en especial, me han hecho recordar a dos lectores consuetudinarios, muy especiales: Ernesto Albán Gómez y Pepe Laso Rivadeneira.

Y no sé por qué pensando en el primero, evoqué a la figura del zoólogo Gustavo Orcés Villagómez (científico todavía no justipreciado en su valía. ¿Por qué no se reeditan por lo menos sus obras?). Buscaba sus libros favoritos en un profundo silencio. Era de pocas palabras, propio del sabio y hombre sencillo. Cruzaba alguna opinión con Luis Carrera y salía presuroso a su tarea. Algo así era Ernesto Albán. La diferencia era su calidez y su sonrisa. La charla fina, pero nada de esa pose de erudito y presumido. Por todo eso, qué justo el Honoris Causa que la UASB le acaba de conceder.

Y como güinda, un libro compilado por Ramiro Ávila Santamaría: ‘Las dimensiones culturales del Derecho. Homenaje al doctor Ernesto Albán Gómez’ (colección Estudios Jurídicos. Vol. 42). Las 353 páginas no tienen desperdicio. Desde la introducción de Fernando Balseca hasta la valiosísima y rica entrevista de Enrique Ayala Mora al festejado. La subdivisión de temas es sugerente: Literatura y Derecho, Música y Derecho, Cine y Derecho. Los invitados son entre muchos: Santiago Arguello, María Elena Jara, Diego Falconí Trávez, Danilo Caicedo, Hernán Hormazábal, Agustín Grijalva, Judith Salgado, Álvaro Román, Andrés Ramírez… ¡Estupendo! ¿Y cuándo alguna editorial, recopilará su tarea de valioso narrador?

TOME NOTA
El Librero recibe sus publicaciones en: Almacén Bolmar, calle Guayaquil N2-49 y Sucre, con atención a Martha Freire Rubio.‘Tiempos y palabras’, de Pepe Laso, es un trabajo muy oportuno. El seleccionador con buen criterio los editoriales que este catedrático escribió en Diario Hoy desde el 21 de junio de 1977 hasta el 10 de agosto de 2014, es labor lúcida. Saudia Levoyer y Christian León, han cumplido. No es un libro para leer de corrido. Uno va escogiendo los temas (Cultura popular, política, comunicación, perfiles y personajes) y se queda con un buen sabor de boca. Este texto sigue enriqueciendo la Colección Temas No. 26. ¡Qué bien!

Para celebrar

Sugiero a los amantes de la historia buscar: ‘De los Andes al Atlántico. Territorio, Constitución y ciudadanía en la crisis del Imperio Español’, de Federica Morelli (Biblioteca de Historia No. 48). Uno se queda alucinado sabiendo que la autora ha consumido vida (20 años de investigaciones) para pergeñar esta aventura de 237 páginas. ¡Qué manera de celebrar los 25 años de la Universidad Andina Simón Bolívar! ¡Congratulaciones!

Celebrar los 80 años del maestro Simón Espinosa Cordero. ¡Qué bueno seguir leyéndole dominicalmente en Diario El Comercio! Sabio y lúcido. Muchos ‘intelectuales’ nuestros y más jóvenes, andan ‘chochos’ y desmemoriados. Lo de Simón Espinosa, es ejemplar. ¡Albricias, buen amigo!

Quito contará con nueva Librería, dice una nota cultural. Se refieren a la Universitaria Abya Yala-UPS (Universidad Politécnica Salesiana). Grata noticia, porque en este Patrimonio Cultural muchas Librerías han desaparecido. ¿Cuándo la Universidad Central del Ecuador imitará un maridaje como el mencionado? Quizás vivamos para notarizar. ¡Ánimo!

EL DATO
La casilla de Edgar Freire Rubio es 17012561.Gratísimo saber que la famosa Visor Editores (España) tiene una sucursal en Ecuador. Qué contento conocer de la Antología dedicada a Ileana Espinel y a Hugo Mayo. Confiemos en el ojo avizor y crítico de Augusto Rodríguez. ¡Cuidado con las ‘capillas’ y los palanqueos! ¡Muy bien por Visor!

Qué dolor saber de la partida de la amiga Raquel Rodas Morales. Echaré de menos sus cartas y postales. Siempre agradeció mi pequeño respaldo a su tarea de historiadora. ¡Mi abrazo solidario a Juan Pablo Castro! Nada más. ¡Hasta luego!