La presencia de varios uniformados en la iglesia de la ciudad de Macará, capital del cantón de similar nombre, llamó la atención de la población que se acercó para integrarse al evento religioso.
En ese templo, ayer, 28 conscriptos de la leva (año de nacimiento) 1999, de la segunda llamada, quienes realizan el servicio cívico militar voluntario en esa unidad recibieron los sacramentos católicos.
Los conscriptos recibieron a Jesús a través del bautismo y confirmación y fue el sacerdote Julio Yaguana quien los acercó al Todopoderoso para que sean los soldados de Cristo.
El teniente coronel Patricio Jiménez Espinosa, comandante del Batallón de Infantería Número 21 ‘Macará’, considera que la formación del conscripto debe ser integral.
“Los conscriptos cumplen con la Patria voluntariamente y por qué no obtener, también, beneficios dentro del contexto religioso, educativo y profesional”, refiere Jiménez Espinosa. (NAZ)