Santiago Pérez Samaniego
Max Weber considera que los partidos son una forma de socialización que persigue causas, ideales o fines materiales; así los partidos solo pueden existir en comunidades socializadas o abiertas.
Tradicionalmente se consideran a los partidos políticos como un grupo de personas organizadas para adquirir y ejercer el poder político, nacen contemporáneamente en Europa y Estados Unidos en el siglo XIX de la mano de los sistemas electoral y parlamentario.
El establecimiento de regímenes democráticos en las sociedades modernas marcó el inicio de la lucha contra el pensamiento unitario, lo que dio como resultado la instauración de la democracia representativa para el ejercicio del poder político, promoviendo el derecho de los ciudadanos a elegir y ser elegidos, y paralelamente, la aparición de los partidos políticos. Desde entonces, el término se ha aplicado a todos los grupos organizados que buscan el poder político, ya sea por elecciones democráticas o por revolución.
Anteriormente, en los regímenes prerrevolucionario, aristocrático y monárquico, el proceso político se desarrolló en círculos restringidos, agrupados en torno a nobles o personalidades influyentes. Con el pasar de los años, los regímenes apoyados por los nobles fueron sucedidos por regímenes apoyados por otras élites. El siglo XX fue testigo de la propagación de los partidos políticos de masas en todo el mundo como respuesta a las necesidades de las clases dominantes.
En una verdadera democracia la representación no solamente debería pasar únicamente por un sistema partidista, deberían de convertirse en un instrumento de integración y solución de conflictos. Un verdadero sistema de partidos políticos es necesario, ya que equilibran el poder político evitando el autoritarismo, como una voz de los ciudadanos que no poseen suficiente poder para levantar su voz y hacer valer sus derechos. (O)
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