Tapando el sol con un dedo

La legitimidad del segundo mandato de Nicolás Maduro ha sido cuestionada por la oposición venezolana, la OEA y numerosos Gobiernos extranjeros, que no reconocen los resultados de las elecciones de mayo de 2018. En aquella contienda electoral no pudieron participar los principales dirigentes del antichavismo, pues habían sido inhabilitados políticamente.

Por estas y otras razones, la mayoría de los países de Latinoamérica no enviaron ningún representante a la toma de posesión del jueves pasado, como tampoco lo hicieron Estados Unidos y la Unión Europea. En pocas palabras, el régimen de Maduro está ante un inminente aislamiento internacional. La gran pregunta que ronda ahora es qué tipo de Gobierno le espera a Venezuela. Para el futuro se podrían dar varios escenarios. Uno de ellos es su debilitamiento político, que es el que la comunidad internacional espera lograr con presión y sanciones diplomáticas y económicas. El otro camino es que los militares se rebelen, pero eso no va a ser posible, pues son los consentidos del régimen.

Hay graves problemas, sin duda alguna. La crisis económica salta a la vista y para este año el FMI proyecta que podría cerrar con una inflación de 10.000.000%. Pero, Maduro se muestra inmutable. A pesar del enorme rechazo internacional, el mandamás sigue tapando el sol con un dedo, mientras la población es la que sufre las consecuencias del caldeado ambiente político y de la escasez. “Me resbala que digan que soy un dictador”, ha dicho. Bueno, al asno se le reconoce por su rebuzno.


Honestidad: la mejor de todas las artes perdidas”. Mark Twain Humorista y escritor estadounidense (1835-1910)Detrás de un patriota hay siempre un comerciante”. José Bergamín Escritor español (1895-1983)