La juventud actual

Hever Sánchez M.

“Esta juventud está malograda hasta el fondo del corazón. Los jóvenes son malhechores y ociosos. Ellos jamás serán como la juventud de antes. La juventud de hoy no será capaz de mantener nuestra cultura”. Esta frase estaba escrita en un vaso de arcilla descubierto en las ruinas de Babilonia (actual Bagdad) hace más de 4.000 años.

Desde comienzos de la existencia humana se ha dicho siempre que la juventud ya no conserva los principios de antaño, que no escucha a sus padres, que no observa los preceptos que rigen la convivencia humana. Sin embargo, si analizamos sistemáticamente la evolución del ser humano, nos damos cuenta de que la humanidad mientras más avanza, más se perfecciona.

Cuando se escribió el pensamiento al inicio de este editorial por ejemplo, la esperanza de vida de la humanidad era de 35 años, ahora es de 90. Evidentemente que si fuera cierto de que las juventudes son peores de lo que fueron sus padres, en cualquier etapa de la historia, la humanidad ya se hubiese extinguido desde hace mucho tiempo.

Seguramente no hubiera habido avances de ningún tipo, tomando en cuenta de que las generaciones venideras son cada vez peores que las anteriores. Simplemente la especie humana habría desaparecido poco después de su aparición.

Hace solo 20 años, nadie soñaba con los adelantos que hoy existen en todo sentido: En la medicina, en las comunicaciones, en la arquitectura, etc. Los jóvenes no dominaban idiomas con la facilidad que lo hacen ahora.

Indudablemente que los tiempos han cambiado y seguirán cambiando. Todo cambia, salvo la ley de los cambios sentenció el gran Heráclito hace más de 2.500 años. El proceso de evolución de la humanidad jamás se ha estancado, la única verdad es que el ser humano es perfectible desde todo punto de vista. Las falencias que haya en tal o cual sociedad, no son debilidades de las personas sino de quienes toman las grandes decisiones de los países o comunidades.

En fin, siempre habrá tiempos mejores mientras se confíe en nuestras juventudes y en nuestra niñez. De hecho la juventud es un material totalmente flexible al que nada más hay que saberlo moldear y dirigir. (O)

@Sanchez_Martinez_M