Santiago Guarderas es uno de los juristas más reconocidos del país. Analiza las reformas al Código Penal.
Santiago Guarderas no tiene tiempo que perder. Dos veces hubo cambios sobre esta entrevista: “¿podríamos correrla media hora antes?”, “por favor, ya no será en mi oficina ahora será en…” y “ya salgo a atenderlo, ha sido una mañana ocupada”. Siempre con el verbo pulido y los modales del abogado.
Quito amanece soleado, con esos climas que provocan playa. Guarderas debate con sus compañeros cuál es la mejor habitación para conversar. La primera está cerrada, la segunda en uso y al final es el fotógrafo quien escoge la estancia: un salón con algunos pupitres y un gran escritorio blanco.
Guarderas viste saco y corbata, y antes de sentarse arregla su pelo con un pequeño peine que saca del bolsillo interior del traje. Se requiere bastante sobriedad y orden para el tema del que hablará: las reformas al Código Penal, que se discuten en la Asamblea Nacional.
¿Qué conoce de las reformas? De lo que se ha planteado hasta ahora.
Entiendo que hay una reforma con la que no se requerirá el informe previo de Contraloría para que Fiscalía inicie procesos como peculado o enriquecimiento ilícito. Esto es algo sustancial que debe considerar el Pleno de la Asamblea, porque vimos cómo en la década “fallida” (lo dice en referencia al Gobierno de Rafael Correa) fue un invento para la impunidad. El país ganaría mucho en la lucha contra la corrupción al suprimir este requisito.
¿Realmente cree que con eso se pueda combatir mejor la corrupción?
No creo que sea suficiente. La corrupción no solo se combate con leyes. En ese sentido, por ejemplo, la Asamblea le adeuda al país la aprobación de la ley contra la corrupción. También necesitamos reformas en el sistema judicial: fiscales que actúen con valentía y eficiencia.
Tenemos delincuentes que escaparon del país y tampoco hemos recuperado capitales de lo robado en gobiernos pasados. Así es que las reformas al Código serán positivas, pero sin un sistema que aplique estas normas de manera correcta estaremos arando en el mar.
Tras aprobarse las reformas, ¿hay voluntad política para aplicarlas?
Lo dudo. Este es un tema que lo hemos tratado desde hace tiempo. Qué nos demuestra la realidad: varias de las personas que deberían estar en prisión o enjuiciadas, no lo están. Y los que tienen medidas cautelares, se fueron. La exasambleísta Sofía Espín o Carlos Ochoa, por ejemplo. O también tenemos los intocables.
¿Dónde está la intención de juzgarlos? Mire el mismo caso de la Asamblea, donde hay en Fiscalía 19 casos de investigación sobre parlamentarios, y no se termina de dar la depuración. Con eso me pregunto ¿dónde está la voluntad política para hacer las cosas bien?
Bueno, con la Asamblea se quiere crear una comisión de ética, y el Ejecutivo creó una secretaría anticorrupción, ¿con estos elementos se puede mejorar?
Pero es que hay leyes. ¿No son suficientes? Tenemos a la Contraloría y a la UAFE (Unidad de Análisis Financiero), por ejemplo. Tenemos los mecanismos para que la justicia se cumpla de manera ordenada. ¿Hace falta más burocracia?
¿Cómo eliminar esta burocracia?
Primero, debemos tener procesos serios de autoridades competentes. Estamos a la expectativa de la designación de un Fiscal General, por ejemplo. En este periodo ya vamos por cuatro. Como dije antes, necesitamos de fiscales valientes que combatan contra estos delincuentes organizados.
Veamos a los países hermanos, como Brasil o Argentina, donde se ha combatido a la corrupción con certeza. Creo que debemos ver estos ejemplos y evidenciar lo que nos falta. También, dentro de estos sistemas de justicia ecuatorianos, aún hay trazos del correísmo que debemos eliminar. ¿Cómo podemos avanzar con eso encima?
Quizás, las figuras visibles del Gobierno no tienen un pasado correista, pero detrás sí hay un entramado afín a Rafael Correa.
Eso sale a la luz fácil. Hay que recordar que el ladrón de cuello blanco nunca dará la cara, y tenemos a los que detrás de bambalinas manejaban toda la corrupción del anterior Gobierno. Personajes que debemos desalastrar.
No sólo el Código toca el tema de la corrupción, también está el punto de la despenalización del aborto. ¿Usted está a favor o en contra?
Creo que lo que se tiene que hacer es una discusión técnica y científica dentro de la Asamblea, alejada de ideologías. Debe primar la sensatez. El mal que comete nuestro país es sobreponer nuestras creencias antes de lo que necesita la sociedad.
Pero es que las cifras y el contexto científico se han dicho.
Claro y por eso en el segundo debate deberíamos tener una mejor argumentación. Y además le digo, no se debería politizar y no caer en las descalificaciones ante los que no piensan igual a nosotros
Lo que significa: nada de política con este tema.
Absolutamente.
También tenemos la legalización del cannabis para fines medicinales.
Bueno, no podemos negar que el problema de la drogadicción en nuestro país es de salud pública. Eso es lo primero que debemos tener en cuenta. Ahora, con la legalización para usos medicinales del cannabis, debe estar bien estipulado en la ley bajo cuál contexto y cómo.
Además, soy partidario de que se eliminen las tablas de sustancias estupefacientes porque eso promueve el microtráfico. No podemos quedarnos en palabras. (JDC)
FRASES
En la Justicia aún hay trazos del correísmo que debemos eliminar. ¿Cómo podemos avanzar con eso encima?”.
Sobre el aborto, se tiene que hacer una discusión técnica y científica dentro de la Asamblea, alejada de ideologías”.
Ficha Técnica
El Entrevistado
° Doctor en jurisprudencia por la Pontificia Universidad Católica del Ecuador y Magíster en Derecho Procesal por la Universidad Católica Santiago de Guayaquil.
° Fue decano de la Facultad de Jurisprudencia de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador.
° También fue diputado por la Provincia de Pichincha en el Congreso Nacional y presidió la Comisión de lo Civil y Penal.