Concesionar sin criterio

Salvatore Foti

El Ejecutivo ha pasado más de dos años de su mandato diciéndonos que todas las obras de Correa fueron un fracaso y muy mal hechas. Por esto, no entiendo como así de repente dichas obras se habrían vuelto atractivas para el sector privado, al cual se las pretende concesionar. No creo que haya filántropos dispuestos a invertir en obras con graves fallas estructurales, tal como nos han contado y denunciado en varias ocasiones, salvo que se nos mintió para luego justificar dichas concesiones a precios más bajos y favorables.

Sin embargo, más allá de las especulaciones están los hechos y los famosos diálogos, y es basándome en los hechos que me permito observar que parecería no haber criterios concordantes sobre las concesiones que se pretenden dar. Con respecto a la CNT, los trabajadores están furiosos y creen que las ganancias generadas por esa empresa no justifican su concesión, pues valdría miles de millones de dólares y estaría generando ganancias que así lo ratifican. De hecho hay proyecciones muy alentadoras.

Lo mismo podríamos decir por el sector eléctrico, que también aportaría no menos de 450 millones de dólares al año en ganancias. En fin, muchas discrepancias entre los trabajadores y el Ejecutivo. Unos dicen que se están prostituyendo los bienes del Estado y otros dicen que la concesión es la “divina pomada”.

Por ende, resulta evidente que faltan argumentos serios y sustentables y estos debe darlos el Ejecutivo, que una vez más prefiere esconderse y delegar, tan delicadas políticas estratégicas, al funcionario de turno. El señor Presidente debe darnos números y razones que sustenten las concesiones. Debe dialogar y luego tomar decisiones con su nombre y apellido. Así en futuro la historia podrá juzgarlo en toda su gloria.

Necesitamos a un Presidente no a sus delegados, de los cuales ni siquiera nos acordaremos luego los nombres. Delegados que, además, en las redes sociales salen amenazando a los que piensan diferente. Hay que tener más cuidado con la delegación de funciones que se han otorgado en el reciente Decreto Ejecutivo, pues empezamos a ver las consecuencias y es difícil saber dónde iremos a parar.

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