Defensora de los derechos de las mujeres

Karla Jaramillo Puertas

En las conversaciones que mantenía con Ana Lucía Herrera, expresidenta del Consejo de Transición hacia el Consejo Nacional de la Igualdad de Género, recuerdo sus palabras cuando se refería a la maternidad:

“Las mujeres nos embarazamos para que no nos deje el novio.

Las mujeres nos embarazamos para casarnos.

Las mujeres nos embarazamos para no divorciarnos.

Las mujeres nos embarazamos para no quedarnos solas.

Pasa el tiempo e igual nos deja el novio, no nos casamos, nos divorciamos y terminamos solas”. Y concluía con la frase infalible: “Si las mujeres asumiéramos con responsabilidad nuestra maternidad otra sociedad construiríamos”.

Con el pasar de los años, sus palabras fueron calando en mí y parecen haber sido escritas en piedra. He visto un sinnúmero de casos de personas cercanas que ven la maternidad como un objetivo para alcanzar, conseguir o perseguir algo; sin dimensionar que la decisión tomada en un momento de euforia marcará toda la vida y con ello, a las personas que procrearon.

A un mes de cumplirse su quinto aniversario de fallecimiento vale recordar no solo sus palabras sino su lucha infatigable por el derecho de las mujeres.

Ana Lucía formó parte de la Asociación Latinoamericana para los Derechos Humanos (Aldhu) así como de la Corporación Humana desde donde promovió la acción política feminista.

Desde el Consejo de Transición, en donde la conocí, visibilizó la violencia hacia las féminas mediante la Campaña Reacciona Ecuador, el machismo es violencia. Un trabajo interdisciplinario realizado con varios ministerios entre ellos el de Educación, Justicia, Salud…

Fueron los primeros ‘pininos’ de una lucha que parece que avanza lenta y seguirá así mientras las mujeres no nos empoderemos de nuestro rol y tomemos conciencia que el machismo y consecuentemente, la violencia se genera desde nuestro hogar con el rol que se asigna a los niños y niñas. (O)

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