¿Sirve el voto nulo?

Gustavo Ortiz Hidalgo

Si algo aberrante significó el «correato» fue la creación, en la Constitución de 2008, del Consejo de Participación Ciudadana y Control Social (Cpccs). El debate en torno a la conveniencia o no de eliminar dicho organismo se ha entrelazado con una discusión a mi criterio distinta: ¿Se debe votar nulo o no en la elección de los siete consejeros que integrarán el Cpccs?

Prohibido olvidar que Correa, a través del control del Cpccs, logró que se designen a sus «compadritos lindos» como responsables del Consejo de la Judicatura, Fiscalía General, Defensoría Pública, Contraloría General, Procuraduría General, Defensoría del Pueblo, Superintendencias, Consejo Nacional Electoral, Tribunal Contencioso Electoral y jueces de la Corte Constitucional.

Sin duda, el Cpccs es un peligro para la democracia; pues, si un presidente de la República llega a controlarlo puede volver a instaurar un régimen autoritario, eliminando la independencia de las Funciones del Estado y los necesarios frenos y contrapesos en el ejercicio del poder político. Por tal motivo, hay que eliminar el Cpccs; dejar que las organizaciones de la sociedad civil promuevan la participación ciudadana; y, asignar a la Función Legislativa las atribuciones para designar a las autoridades de control, tal como sucede en la mayoría de las democracias del mundo.

Es importante aclarar que, a través del voto nulo en el proceso de elección de los consejeros del Cpccs, no se puede eliminar dicho organismo. Resulta demasiado riesgoso votar nulo mientras los correístas, disciplinadamente, votarán por los candidatos que han sido promovidos desde el ático belga. Hay que votar por los candidatos que no estén identificados con el «correato» y, luego, apoyar la corriente nacional que se inclina por convocar a una consulta popular para extirpar el tumor maligno denominado Cpccs. (O)