La ley debe cumplirse

Gustavo Ortiz Hidalgo

La inestabilidad económica y el reciente cambio de la correlación de fuerzas en las estructuras del poder político obligan al debate sobre el rumbo que nuestro país debe emprender para salir del subdesarrollo; el mismo que debe ser trazado con las luces de experiencias positivas, como las de los “tigres asiáticos”, que han desarrollado economías eficientes luego de superar niveles extremos de pobreza.

Tres aspectos comunes se destacan de estos modelos exitosos: seguridad jurídica, estabilidad política y promoción de la inversión nacional y extranjera. Esta combinación ha conseguido verdaderos “milagros económicos” (no como el cuento correísta del «jaguar latinoamericano»). Es válido preguntarnos: ¿Por qué si otros países, respetando el Estado de Derecho y la democracia, realizaron transformaciones de su aparato productivo, el Ecuador no puede hacerlo?

Nuestro problema más grave es la falta de seguridad jurídica. El Art. 82 de la Constitución de la República establece que el derecho a la seguridad jurídica se fundamenta en el respeto a la Constitución y en la existencia de normas jurídicas previas, claras, públicas y aplicadas por las autoridades competentes. A pesar de que dicho concepto ha adquirido la jerarquía de derecho constitucional el irrespeto a la norma es cada vez más evidente; esto sucede con el más humilde de los ciudadanos, con empresarios poderosos y, mucho más, con las autoridades públicas.

Si desde la comunidad y el sector público no contribuimos con el respeto y cumplimiento de la ley el Ecuador continuará postrado en la pobreza y el subdesarrollo. Tenemos que salir adelante; un futuro mejor depende de nuestro propio esfuerzo. Empecemos por cumplir con el ordenamiento jurídico y respetar la institucionalidad democrática. Esto ya es bastante. (O)