Un homosexual vale lo mismo que un negro o un indio

Pablo Ruiz Aguirre

He reflexionado y creo que las mujeres no deberían poder votar, porque son inferiores definitivamente a los hombres, creo que deberían quedarse en casa criando a los hijos, haciendo cosas de mujer, pues ello es natural y moralmente correcto. Los hombres negros, no deberían estar con los hombres blancos, no solo porque son inferiores a estos últimos sino porque no debería mezclarse gente buena y mala. En EEUU, aprovechando que está el presidente Trump, debería volverse a segregar a esta “raza” para que no convivan en los mismos espacios públicos que los blancos. Debería haber, por ejemplo: baños para blancos y baños para negros. ¡De nada, presidente Trump! Con ello puede hacer historia, pues ello es natural y moralmente correcto. Se debería respetar la raza aria, a la que solo algunos pertenecemos, mis apellidos van por ejemplo, por generaciones hacia atrás a España, madre patria. La raza aria, los pura, la casta, la que aún no ha llegado al acabose de la genética permitiendo mestizos, ¡uff, peor hablar de judíos! Es algo que tenemos aún pendiente volver a tratar, bueno no tratar, UBICAR, nuevamente donde se debe, pues ello es natural y moralmente correcto.

Y qué hay con los indígenas- que son pueblos, nacionalidades autóctonas con derechos- vaya locura, ellos definitivamente no tienen alma, ni valía, y si valen algo, valdrán algo menos que un animal mío. Enfermos mentales aquellos que creen que los indígenas son iguales a nosotros, pues ello no es natural y peor aun moralmente correcto. De hecho, tengo algunos “indiesitos” que trabajan para mí. Valiendo menos no sé cómo ganan lo mismo que cualquiera de nosotros. Esto de las 40 horas me parece una farsa, como la locura de salarios justos y seguridad social. ¿Para qué? Si se enferman, que se mueran, al no tener alma, al infierno seguro irán ¿para qué gastar en lo que a Dios no le gustará? pues ello es natural y moralmente correcto.

Hablando de las 40 horas, eso nos pasa por permitir que comunistas nos gobiernen. Ahí está el sentadito ese que tenemos como presidente. Aun no entiendo, él no camina como yo ¿y puede ser presidente? ¡No es capaz! ¡No es capaz! siempre repito y comento a la gente, pues no puede caminar, pero bueno ahí está. Ese es el problema de la política, que dejamos que cualquier minoría haga lo que se le dé la gana. Antes nuestras leyes nos respaldaban, al menos solo los que teníamos plata, dos patas y éramos bien machos podíamos votar, ahí el país estaba bien. ¡Vaya que eso era moral!

Y hablando de leyes, viendo cómo vive el vecino, esta sociedad parece Sodoma y Gomorra, tuvo un hijo fuera del matrimonio y ¿qué creen? Le dio su apellido. Antes las cosas eran por su nombre y no a medias tintas. Bastardo es bastardo, aquí y en la Conchinchina. Es necesario el diseño original, los blancos, los hombres, los puros, los de plata, los hijos verdaderos, los capacitados y por supuesto los bien machos.

Vio lo intolerante, violento e inhumano que soné. Lo mismo puede suceder cuando digo “las parejas del mismo sexo no pueden casarse entre ellos”. Todos fuimos minoría, todos fuimos antinaturales, todos inmorales. No hace falta ser parte de la causa para defenderla cuando humanidad y amor es lo único que de los animales nos diferencia. ¡Los derechos son para todos, sino serían privilegios! (O)

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