Cárceles Ecuador: la larga historia de las leyes que no se respetan

DISPOSICIÓN. Desde mayo, los militares resguardan los perímetros de las cárceles. (Foto: Archivo)
DISPOSICIÓN. Desde mayo, los militares resguardan los perímetros de las cárceles. (Foto: Archivo)

La “grave conmoción interna”, que causa la situación actual en las cárceles, ha sustentado el Estado de Excepción en el sistema desde el 16 de mayo. Los primeros 60 días de la medida se cumplieron ayer, pero un nuevo Decreto Ejecutivo (823) ha establecido que se renueve por 30 días más.

El documento, que fue suscrito el lunes, mantiene las condiciones anteriores con las que se dispuso la movilización de las Fuerzas Armadas hasta los perímetros de los centros, para el bloqueo de ingreso de armas y objetos prohibidos en el primer filtro, y de la Policía para el refuerzo de la seguridad interna. Asimismo, la suspensión de los derechos a la inviolabilidad de correspondencia y a la libertad de asociación y reunión.

Este plazo será el último, pues según dispone el inciso final del artículo 30 de la Ley de Seguridad Pública, esta declaratoria de carácter excepcional puede tener esa vigencia como máximo. Precisamente, el tiempo que ha pasado sin resultados visibles preocupa a expertos y catedráticos que analizan el panorama.

Un plan de acción que también se fugó
° Entre las implicaciones del Estado de Excepción y la Emergencia institucional del Servicio Nacional de Atención Integral de Adultos Privados de la Libertad y Adolescentes Infractores (SNAI) está la movilización de recursos económicos. Este punto es uno de los principales que cuestiona el experto en seguridad Ricardo Camacho, quien menciona que, hasta el momento, no se ha revelado la inversión de estos meses y ni siquiera se ha presentado una hoja de ruta que indique las acciones concretas frente a los problemas de hacinamiento, control, alimentación, agua potable y otros. Camacho, quien ha sido uno de los críticos más fuertes de las últimas acciones en este tema, dice que la medida no tiene razón de ser y opina que en 30 días más tampoco se logrará resolver los pendientes. Tampoco se ha contratado a los guías penitenciarios que hacen falta para la seguridad ni se ha establecido la carrera de formación penitenciaria. Desde hace meses, un grupo de exguías ha insistido en que se revisen sus expedientes y se los recontrate. A la espera de una respuesta, Alex Gavilánez, uno de los voceros, comenta que el tiempo ha mostrado que su advertencia de déficit es real y que, a pesar de los ofrecimientos de un concurso público para contratar más agentes, nada se ha cumplido.

Problema estructural sin especialistas
° Aunque en la Constitución de 2008 se estableció que existan los juzgados de garantías penitenciarias, esto no se ha cumplido. La licenciada en Ciencias Políticas, Grimaneza Narváez, explica que la falta de especialistas para que se encarguen de revisar los expedientes de todos los presos y resuelvan apelaciones, reducciones de penas y prelibertades, ha causado un gran desorden. Ella estuvo al frente de la dirección nacional de Rehabilitación Social como encargada varias veces y menciona que el problema estructural que se ha mantenido por tantos años porque no se ha tratado de forma técnica e insiste en que si la política penitenciaria no se redefine y no empieza a cumplirse lo establecido en la Constitución no se logrará nada.

La arquitectura penitenciaria se quedó en el pasado
° El Gobierno anterior vendió la idea de los centros regionales como la solución ante los problemas de hacinamiento; sin embargo, los construyeron sin tomar en cuenta ningún parámetro. Manuel González, exdirector del Instituto de Criminología de la Universidad Central del Ecuador, señala que es fundamental conocer primero las características de la población penitenciaria. “No se puede poner juntos a los enemigos de las bandas”, dice el experto y añade que lo que se debería tener es un registro biotipológico de todos los presos. Él opina que este es el momento en el que también debe intervenir la academia, que sería la más calificada para hacer este tipo de análisis. Desde su punto de vista, empezar los cambios solo depende de voluntad política. En una breve reseña del pasado, González dice que las penitenciarías y las prisiones se construyeron en función de regímenes de castigo y no de rehabilitación.

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