La irenología

Jaime A. Guzmán R.

La paz significa estar exentos de riñas, conflictos, pugnas y rivalidades. La paz es el privilegio que tenemos los hombres para disfrutar de la tranquilidad, el sosiego, la calma, la concordia, la armonía y la amistad.

Así, la paz es la correspondencia entre unos y otros. Se trata de un estado de equilibrio total que crea las condiciones para que todos podamos desarrollarnos plenamente.

Todo es válido y cierto. No obstante, nadie cree en ella. Casi todos la pregonamos, pero no la practicamos. La mayoría piensa que es imposible que se pueda lograr la paz. Sin embargo, al margen de los pesimismos, creemos que se puede lograr la armonía.

¿Cómo? Quizá lo más urgente e inédito seria lograr que en los pensum de estudios de las escuelas, colegio y universidades, se incremente la enseñanza de la Irenología o ciencia de la paz.

La Irenología, no es un mito, sino una innegable realidad. Solo a través de ella se puede promover un espíritu de comprensión tolerancia y coexistencia pacífica entre los seres humanos. Únicamente por medio de la ilustración de esta ciencia, se puede estimular la solidaridad entre los pueblos y conjurar las amenazas de la violencia y guerras que nos acosan.

Si en la actualidad muchos instruyen para la guerra, no hay razón pensar que educar para la paz sea una utopía.

Ya estamos escuchando voces recriminatorias que dirán que, en este mundo convulsionado y en crisis, es imposible lograr esta noble meta, pero ese problema no ha de desaparecer, si no hay un cambio de nuestras mentalidades que nos lleve a articular mejor la lucha por la paz y el único embrión para trabajar en este asunto es la enseñanza o instrucción de las teorías, principios, generalizaciones, leyes y proposiciones sobre el tema de la paz. (O)