Dominio total

Eduardo F. Naranjo C.

Los ciudadanos en la mayoría de países del mundo gozaban de relativa libertad y privacidad en sus vidas, el asunto cambió radicalmente con la aparición de la red de conexión mundial, donde tres grandes corporaciones tienen los datos de todo hablante que se mueve sobre la superficie planetaria, con esto la información individual sirve a unos pocos para enriquecerse y a otros para vigilar.

Esta semana acaba de publicarse el libro biográfico del conocido programador Edward Snowden, quien mostró al mundo las terribles maniobras ocultas de los gobiernos dominantes y que ahora saben todo de todos, concretándose la visión de Orwell, destinada a desacreditar el socialismo, pero ahora que es la elite mundial la dueña, nadie será libre de ser espiado y sin posibilidad de borrar sus datos.

Snowden en su libro titulado ‘Permanent Record’ (Vigilancia permanente) ahora circulando en 20 países, advierte que, con la inteligencia artificial, la memoria de la nube y la intervención de la computación cuántica, no habrá privacidad para ningún humano, asunto terrorífico.

Las elites económicas que sostienen el “status quo”, bajo el principio de “hacer todo lo que se deba para que nada cambie”, principio hegemónico, explicado por el emérito profesor del Tecnológico de Massachusetts, Noam Chomsky , en su libro ‘Cómo funciona el mundo’, cuyo análisis muestra ejemplos de que las manipulaciones de la geopolítica, siempre son las mismas y estas serán contundentes sumado el poder de la red aplicada al espionaje de las personas, pero quizá la codicia pervierta el poder de las élites.

Si la ley es capaz de proteger, según el derecho, ojalá pronto se promulgue, aquella que trabajó por más de dos años la Dinardap para la protección de datos, mas todavía hoy con tanta especulación.

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