Otra vez en la trinchera…

José Benigno Carrión M.

La palabra cordial y bondadosa de unos buenos y estimables amigos me ha insinuado que retorne a la trinchera, que vuelva al combate, que la hora lo exige. Que vivimos un momento crucial, que las cosas como nunca se complican, en otras palabras, que el maremágnum político crece. Su origen tuvo en aquel malhadado decreto presidencial 883 sobre el alza del precio de los combustibles (gasolina y diésel) que motivó la reacción popular y que coincidió con las exigencias indígenas, lo que le permitió al correísmo encontrar fácil asidero para cumplir sus nefastos y proditorios fines.

Ventajosamente las pretensiones de un correísmo que yacía en las sombras, tremendamente golpeado, apoyado desde el exterior por aquel engendro maléfico de gobernante que representa Nicolás Maduro, aquella bestia apocalíptica que sumió a su país, Venezuela, en la miseria y la desgracia más desastrosas, no tuvo la aceptación esperada… El presidente reconoció su error que pudo tener consecuencias mayores y mandó al cesto de basura a su malhadado engendro. Ahora las cosas van por otro filtro. Se espera un nuevo decreto que exprese las verdaderas aspiraciones de nuestro pueblo. Se ha conseguido la paz…. Su obligación es mantenerla. El pueblo de Quito le ha dado una lección maravillosa de generosidad y buen entendimiento al primer Mandatario que debe saber aprovecharla en todo lo que vale. Lo hizo con una minga ejemplar para tratar de borrar las huellas que dejó el crimen organizado de unos cuantos desadaptados que se vendieron por el bíblico plato de lentejas para cumplir sus oscuros y nefastos designios. Es la hora de la paz y comprensión entre ecuatorianos, esa la lección que debe asimilar el actual gobierno para cumplir la difícil y honrosa tarea que sus mandantes le han confiado. (O)

José Benigno Carrión M.

La palabra cordial y bondadosa de unos buenos y estimables amigos me ha insinuado que retorne a la trinchera, que vuelva al combate, que la hora lo exige. Que vivimos un momento crucial, que las cosas como nunca se complican, en otras palabras, que el maremágnum político crece. Su origen tuvo en aquel malhadado decreto presidencial 883 sobre el alza del precio de los combustibles (gasolina y diésel) que motivó la reacción popular y que coincidió con las exigencias indígenas, lo que le permitió al correísmo encontrar fácil asidero para cumplir sus nefastos y proditorios fines.

Ventajosamente las pretensiones de un correísmo que yacía en las sombras, tremendamente golpeado, apoyado desde el exterior por aquel engendro maléfico de gobernante que representa Nicolás Maduro, aquella bestia apocalíptica que sumió a su país, Venezuela, en la miseria y la desgracia más desastrosas, no tuvo la aceptación esperada… El presidente reconoció su error que pudo tener consecuencias mayores y mandó al cesto de basura a su malhadado engendro. Ahora las cosas van por otro filtro. Se espera un nuevo decreto que exprese las verdaderas aspiraciones de nuestro pueblo. Se ha conseguido la paz…. Su obligación es mantenerla. El pueblo de Quito le ha dado una lección maravillosa de generosidad y buen entendimiento al primer Mandatario que debe saber aprovecharla en todo lo que vale. Lo hizo con una minga ejemplar para tratar de borrar las huellas que dejó el crimen organizado de unos cuantos desadaptados que se vendieron por el bíblico plato de lentejas para cumplir sus oscuros y nefastos designios. Es la hora de la paz y comprensión entre ecuatorianos, esa la lección que debe asimilar el actual gobierno para cumplir la difícil y honrosa tarea que sus mandantes le han confiado. (O)

José Benigno Carrión M.

La palabra cordial y bondadosa de unos buenos y estimables amigos me ha insinuado que retorne a la trinchera, que vuelva al combate, que la hora lo exige. Que vivimos un momento crucial, que las cosas como nunca se complican, en otras palabras, que el maremágnum político crece. Su origen tuvo en aquel malhadado decreto presidencial 883 sobre el alza del precio de los combustibles (gasolina y diésel) que motivó la reacción popular y que coincidió con las exigencias indígenas, lo que le permitió al correísmo encontrar fácil asidero para cumplir sus nefastos y proditorios fines.

Ventajosamente las pretensiones de un correísmo que yacía en las sombras, tremendamente golpeado, apoyado desde el exterior por aquel engendro maléfico de gobernante que representa Nicolás Maduro, aquella bestia apocalíptica que sumió a su país, Venezuela, en la miseria y la desgracia más desastrosas, no tuvo la aceptación esperada… El presidente reconoció su error que pudo tener consecuencias mayores y mandó al cesto de basura a su malhadado engendro. Ahora las cosas van por otro filtro. Se espera un nuevo decreto que exprese las verdaderas aspiraciones de nuestro pueblo. Se ha conseguido la paz…. Su obligación es mantenerla. El pueblo de Quito le ha dado una lección maravillosa de generosidad y buen entendimiento al primer Mandatario que debe saber aprovecharla en todo lo que vale. Lo hizo con una minga ejemplar para tratar de borrar las huellas que dejó el crimen organizado de unos cuantos desadaptados que se vendieron por el bíblico plato de lentejas para cumplir sus oscuros y nefastos designios. Es la hora de la paz y comprensión entre ecuatorianos, esa la lección que debe asimilar el actual gobierno para cumplir la difícil y honrosa tarea que sus mandantes le han confiado. (O)

José Benigno Carrión M.

La palabra cordial y bondadosa de unos buenos y estimables amigos me ha insinuado que retorne a la trinchera, que vuelva al combate, que la hora lo exige. Que vivimos un momento crucial, que las cosas como nunca se complican, en otras palabras, que el maremágnum político crece. Su origen tuvo en aquel malhadado decreto presidencial 883 sobre el alza del precio de los combustibles (gasolina y diésel) que motivó la reacción popular y que coincidió con las exigencias indígenas, lo que le permitió al correísmo encontrar fácil asidero para cumplir sus nefastos y proditorios fines.

Ventajosamente las pretensiones de un correísmo que yacía en las sombras, tremendamente golpeado, apoyado desde el exterior por aquel engendro maléfico de gobernante que representa Nicolás Maduro, aquella bestia apocalíptica que sumió a su país, Venezuela, en la miseria y la desgracia más desastrosas, no tuvo la aceptación esperada… El presidente reconoció su error que pudo tener consecuencias mayores y mandó al cesto de basura a su malhadado engendro. Ahora las cosas van por otro filtro. Se espera un nuevo decreto que exprese las verdaderas aspiraciones de nuestro pueblo. Se ha conseguido la paz…. Su obligación es mantenerla. El pueblo de Quito le ha dado una lección maravillosa de generosidad y buen entendimiento al primer Mandatario que debe saber aprovecharla en todo lo que vale. Lo hizo con una minga ejemplar para tratar de borrar las huellas que dejó el crimen organizado de unos cuantos desadaptados que se vendieron por el bíblico plato de lentejas para cumplir sus oscuros y nefastos designios. Es la hora de la paz y comprensión entre ecuatorianos, esa la lección que debe asimilar el actual gobierno para cumplir la difícil y honrosa tarea que sus mandantes le han confiado. (O)