Contradicción en propuesta económica de los indígenas

Planteamiento. La Conaie rechazó al FMI en una carta.
Planteamiento. La Conaie rechazó al FMI en una carta.
Planteamiento. La Conaie rechazó al FMI en una carta.
Planteamiento. La Conaie rechazó al FMI en una carta.
Planteamiento. La Conaie rechazó al FMI en una carta.
Planteamiento. La Conaie rechazó al FMI en una carta.
Planteamiento. La Conaie rechazó al FMI en una carta.
Planteamiento. La Conaie rechazó al FMI en una carta.

A través de una carta abierta al FMI, la Conaie establece una posición radical contra el organismo multilateral. Argumenta, al igual que varios cuadros de la Revolución Ciudadana, como Pabel Muñoz, o el mismo Rafael Correa, que la situación no requiere medidas de ajuste fuertes.

“Las finanzas públicas, si bien complicadas, no tienen déficit que justifiquen ajustes tan agresivos. Tampoco entendemos para qué contratar cuantiosos créditos para inflar las reservas internacionales”, dice la misiva. Incluso, se refieren al financiamiento del FMI como “chulco”, y reclaman el quitar al Banco Central “la capacidad de ofrecer financiamiento e intervención para estabilizar la economía”.

Alberto Acosta Burneo, analista económico, consideró que ese discurso demuestra un desconocimiento de lo que implica una crisis fiscal, al proponer el utilizar al Banco Central como caja chica del Estado.

“Operaciones de chulco son los créditos chinos que se contrataron durante el correísmo a tasas de más del 10%. Los organismos multilaterales ofrecen un financiamiento entre el 3% y 5%. El país no se está endeudando para inflar las reservas internacionales, sino para pagar las deudas caras que se acumularon”, dijo Acosta Burneo.

El Dato
$7.000 millones sería el hueco fiscal que dejó el correísmo al usar el Banco Central para obtener liquidez a corto plazo.Justamente, el Gobierno de Correa utilizó al Banco Central para obtener liquidez de corto plazo, con lo que provocó un hueco patrimonial de 7.000 millones de dólares: “En una economía dolarizada solo se puede gastar el dinero que ingresa. Desde 2014 hemos vivido del endeudamiento, debido a la visión de que se puede seguir gastando y no pasa nada”, acotó el economista.

Sin plan alternativo

La Conaie dice que todo cambio y política se debe consensuar con los pueblos, y no tomarse a sus espaldas. “Hay alternativas, ustedes los saben, y su aplicación demanda creatividad y voluntad política”.

Sin embargo, no presentan ningún plan de acción concreto, y retoman el discurso, enarbolado por el bloque correísta durante la aprobación de la Ley de Fomento Productivo en la Asamblea, sobre que el Gobierno perdonó miles de millones de dólares a las grandes empresas y los banqueros, y que la deuda tributaria impaga es de más de 4.000 millones.

Mauricio Pozo, exministro de Economía, recalcó que la remisión tributaria solo fue de los intereses y multas, pero no del capital de las deudas, las cuales estaban en litigio, y que, en el mejor de los casos, luego de 10 años, se podía recuperar la mitad. “Las medidas propuestas por el sector indígena no tienen sustento en la realidad, y tienen una capacidad recaudatoria mínima”, aseveró.

Por su parte, Acosta Burneo las calificó de medias políticas y no técnicas, que buscan votos más que soluciones reales para el país. (JS)

A través de una carta abierta al FMI, la Conaie establece una posición radical contra el organismo multilateral. Argumenta, al igual que varios cuadros de la Revolución Ciudadana, como Pabel Muñoz, o el mismo Rafael Correa, que la situación no requiere medidas de ajuste fuertes.

“Las finanzas públicas, si bien complicadas, no tienen déficit que justifiquen ajustes tan agresivos. Tampoco entendemos para qué contratar cuantiosos créditos para inflar las reservas internacionales”, dice la misiva. Incluso, se refieren al financiamiento del FMI como “chulco”, y reclaman el quitar al Banco Central “la capacidad de ofrecer financiamiento e intervención para estabilizar la economía”.

Alberto Acosta Burneo, analista económico, consideró que ese discurso demuestra un desconocimiento de lo que implica una crisis fiscal, al proponer el utilizar al Banco Central como caja chica del Estado.

“Operaciones de chulco son los créditos chinos que se contrataron durante el correísmo a tasas de más del 10%. Los organismos multilaterales ofrecen un financiamiento entre el 3% y 5%. El país no se está endeudando para inflar las reservas internacionales, sino para pagar las deudas caras que se acumularon”, dijo Acosta Burneo.

El Dato
$7.000 millones sería el hueco fiscal que dejó el correísmo al usar el Banco Central para obtener liquidez a corto plazo.Justamente, el Gobierno de Correa utilizó al Banco Central para obtener liquidez de corto plazo, con lo que provocó un hueco patrimonial de 7.000 millones de dólares: “En una economía dolarizada solo se puede gastar el dinero que ingresa. Desde 2014 hemos vivido del endeudamiento, debido a la visión de que se puede seguir gastando y no pasa nada”, acotó el economista.

Sin plan alternativo

La Conaie dice que todo cambio y política se debe consensuar con los pueblos, y no tomarse a sus espaldas. “Hay alternativas, ustedes los saben, y su aplicación demanda creatividad y voluntad política”.

Sin embargo, no presentan ningún plan de acción concreto, y retoman el discurso, enarbolado por el bloque correísta durante la aprobación de la Ley de Fomento Productivo en la Asamblea, sobre que el Gobierno perdonó miles de millones de dólares a las grandes empresas y los banqueros, y que la deuda tributaria impaga es de más de 4.000 millones.

Mauricio Pozo, exministro de Economía, recalcó que la remisión tributaria solo fue de los intereses y multas, pero no del capital de las deudas, las cuales estaban en litigio, y que, en el mejor de los casos, luego de 10 años, se podía recuperar la mitad. “Las medidas propuestas por el sector indígena no tienen sustento en la realidad, y tienen una capacidad recaudatoria mínima”, aseveró.

Por su parte, Acosta Burneo las calificó de medias políticas y no técnicas, que buscan votos más que soluciones reales para el país. (JS)

A través de una carta abierta al FMI, la Conaie establece una posición radical contra el organismo multilateral. Argumenta, al igual que varios cuadros de la Revolución Ciudadana, como Pabel Muñoz, o el mismo Rafael Correa, que la situación no requiere medidas de ajuste fuertes.

“Las finanzas públicas, si bien complicadas, no tienen déficit que justifiquen ajustes tan agresivos. Tampoco entendemos para qué contratar cuantiosos créditos para inflar las reservas internacionales”, dice la misiva. Incluso, se refieren al financiamiento del FMI como “chulco”, y reclaman el quitar al Banco Central “la capacidad de ofrecer financiamiento e intervención para estabilizar la economía”.

Alberto Acosta Burneo, analista económico, consideró que ese discurso demuestra un desconocimiento de lo que implica una crisis fiscal, al proponer el utilizar al Banco Central como caja chica del Estado.

“Operaciones de chulco son los créditos chinos que se contrataron durante el correísmo a tasas de más del 10%. Los organismos multilaterales ofrecen un financiamiento entre el 3% y 5%. El país no se está endeudando para inflar las reservas internacionales, sino para pagar las deudas caras que se acumularon”, dijo Acosta Burneo.

El Dato
$7.000 millones sería el hueco fiscal que dejó el correísmo al usar el Banco Central para obtener liquidez a corto plazo.Justamente, el Gobierno de Correa utilizó al Banco Central para obtener liquidez de corto plazo, con lo que provocó un hueco patrimonial de 7.000 millones de dólares: “En una economía dolarizada solo se puede gastar el dinero que ingresa. Desde 2014 hemos vivido del endeudamiento, debido a la visión de que se puede seguir gastando y no pasa nada”, acotó el economista.

Sin plan alternativo

La Conaie dice que todo cambio y política se debe consensuar con los pueblos, y no tomarse a sus espaldas. “Hay alternativas, ustedes los saben, y su aplicación demanda creatividad y voluntad política”.

Sin embargo, no presentan ningún plan de acción concreto, y retoman el discurso, enarbolado por el bloque correísta durante la aprobación de la Ley de Fomento Productivo en la Asamblea, sobre que el Gobierno perdonó miles de millones de dólares a las grandes empresas y los banqueros, y que la deuda tributaria impaga es de más de 4.000 millones.

Mauricio Pozo, exministro de Economía, recalcó que la remisión tributaria solo fue de los intereses y multas, pero no del capital de las deudas, las cuales estaban en litigio, y que, en el mejor de los casos, luego de 10 años, se podía recuperar la mitad. “Las medidas propuestas por el sector indígena no tienen sustento en la realidad, y tienen una capacidad recaudatoria mínima”, aseveró.

Por su parte, Acosta Burneo las calificó de medias políticas y no técnicas, que buscan votos más que soluciones reales para el país. (JS)

A través de una carta abierta al FMI, la Conaie establece una posición radical contra el organismo multilateral. Argumenta, al igual que varios cuadros de la Revolución Ciudadana, como Pabel Muñoz, o el mismo Rafael Correa, que la situación no requiere medidas de ajuste fuertes.

“Las finanzas públicas, si bien complicadas, no tienen déficit que justifiquen ajustes tan agresivos. Tampoco entendemos para qué contratar cuantiosos créditos para inflar las reservas internacionales”, dice la misiva. Incluso, se refieren al financiamiento del FMI como “chulco”, y reclaman el quitar al Banco Central “la capacidad de ofrecer financiamiento e intervención para estabilizar la economía”.

Alberto Acosta Burneo, analista económico, consideró que ese discurso demuestra un desconocimiento de lo que implica una crisis fiscal, al proponer el utilizar al Banco Central como caja chica del Estado.

“Operaciones de chulco son los créditos chinos que se contrataron durante el correísmo a tasas de más del 10%. Los organismos multilaterales ofrecen un financiamiento entre el 3% y 5%. El país no se está endeudando para inflar las reservas internacionales, sino para pagar las deudas caras que se acumularon”, dijo Acosta Burneo.

El Dato
$7.000 millones sería el hueco fiscal que dejó el correísmo al usar el Banco Central para obtener liquidez a corto plazo.Justamente, el Gobierno de Correa utilizó al Banco Central para obtener liquidez de corto plazo, con lo que provocó un hueco patrimonial de 7.000 millones de dólares: “En una economía dolarizada solo se puede gastar el dinero que ingresa. Desde 2014 hemos vivido del endeudamiento, debido a la visión de que se puede seguir gastando y no pasa nada”, acotó el economista.

Sin plan alternativo

La Conaie dice que todo cambio y política se debe consensuar con los pueblos, y no tomarse a sus espaldas. “Hay alternativas, ustedes los saben, y su aplicación demanda creatividad y voluntad política”.

Sin embargo, no presentan ningún plan de acción concreto, y retoman el discurso, enarbolado por el bloque correísta durante la aprobación de la Ley de Fomento Productivo en la Asamblea, sobre que el Gobierno perdonó miles de millones de dólares a las grandes empresas y los banqueros, y que la deuda tributaria impaga es de más de 4.000 millones.

Mauricio Pozo, exministro de Economía, recalcó que la remisión tributaria solo fue de los intereses y multas, pero no del capital de las deudas, las cuales estaban en litigio, y que, en el mejor de los casos, luego de 10 años, se podía recuperar la mitad. “Las medidas propuestas por el sector indígena no tienen sustento en la realidad, y tienen una capacidad recaudatoria mínima”, aseveró.

Por su parte, Acosta Burneo las calificó de medias políticas y no técnicas, que buscan votos más que soluciones reales para el país. (JS)