Voluntariado

Cada año, cientos de millones de personas por todo el mundo ofrecen su tiempo y comparten sus habilidades, colaboran como voluntarios dedicando su esfuerzo para ayudar a los demás, están fuertemente motivados por el deseo de contribuir al bienestar de la sociedad, sin esperar a cambio ninguna recompensa material por sus esfuerzos para fomentar los valores cívicos y la cohesión social.


En 1985, la Asamblea General de las Naciones Unidas designó al 5 de Diciembre día internacional para celebrar el poder del voluntariado, cuyos valores son la solidaridad, reciprocidad, confianza mutua y el sentido de la pertenencia, valores que son universales y que van más allá de la cultura, el idioma y la geografía.


Se guían por el deseo de contribuir al bienestar de la sociedad en la que viven, fomentan los valores, para hacer del mundo un lugar mejor; comparten todas las culturas. Los voluntarios que desarrollan su trabajo en aldeas y comunidades llevan a cabo tareas como administrar vacunas, programas de alfabetización, programas de nutrición, ayudan a distribuir alimentos, aportar asistencia de socorro y medicinas, entre muchas otras más.


El programa sirve a la causa de la paz y el desarrollo mediante la mejora de las oportunidades de participación de todos los pueblos, tiene alcance universal inclusivo y abarca la acción voluntaria en toda su diversidad; valora el libre albedrío, el compromiso, la entrega y la solidaridad, que son los cimientos del voluntariado.


El voluntariado puede transformar el ritmo y la naturaleza del desarrollo, y beneficia tanto al conjunto de la sociedad como a los voluntarios; impulsan la paz y la justicia, trabajan con sus asociados para integrar el voluntariado en los programas de desarrollo.


El voluntariado en el Ecuador se conoce desde tiempos ancestrales, las comunidades indígenas han vivido culturalmente una dimensión comunitaria mucho más fuerte que la individual.