Abuso sexual

Se ha definido al abuso sexual como cualquier actividad sexual entre dos o más personas sin el consentimiento. Entonces, la persona que, en contra de la voluntad de otra, ejecute sobre ella o la obligue a ejecutar sobre sí misma u otra persona, un acto de naturaleza sexual, sin que exista penetración o acceso carnal, será sancionada con pena privativa de libertad de 3 a 5 años. Esta figura penal, cuyo bien jurídicamente protegido es la libertad sexual, es tan delicada que genera como efecto en las víctimas el estrés postraumático que se manifiesta de diferentes maneras, tales como la desconfianza, depresión, fracaso en el ambiente educativo, laboral, social, insatisfacción sexual, mal carácter, agresividad, asco, vergüenza y ansiedad, cuyo diagnóstico es fácil de descubrir con la simple conversación y mirada a los ojos de la víctima.

El abuso sexual se manifiesta con actitudes que ejecuta una persona sobre otra, sin su consentimiento o conocimiento, que va desde la amenaza al engaño; con el antecedente que este delito no es sólo penetración sino también contacto físico, tocamientos eróticos y todo aquello que afecte a la libertad sexual; de ahí es que nuestro Código Orgánico Integral Penal, sanciona con mucho rigor esta conducta que destruye la psicología de la víctima, que de no ser tratada profesionalmente conllevará hasta trastornos sicóticos. Por supuesto que el abusador es una persona sin escrúpulos, sin personalidad, es decir, un enfermo mental que bien puede requerir un tratamiento agresivo más amplio que el de la propia víctima. Estos agresores se vuelven día a día más peligrosos; siendo indispensable someterlos a un tratamiento médico y de rehabilitación.

Un enfermo de esta naturaleza no sólo que constituye una amenaza pública para la sociedad, sino que además el entorno familiar siempre estará en riesgo por la relación de confianza y de afinidad. Hay víctimas que por más que se han sometido a tratamiento médico-psicológico, no han podido salir del estrés postraumático, siendo tan evidente la desconcentración en estas personas; de ahí que, hay que tener mucho cuidado especialmente con los menores de edad.

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