QUEVEDO
Clemencia Herrera no puede creer que la ‘luz de sus ojos’ se haya ido sin siquiera despedirse. Y es que así consideraba la mujer a su hijo José Luis Ronquillo, a quien le decían ‘Anthony’ y quien murió en un accidente de tránsito la noche del domingo.
Ayer, en la despedida del joven, Herrera relató que se enteró de la noticia a eso de la medianoche del domingo cuando se encontraba junto a una de sus hermanas en el hospital del Iess. “Me llamaron para decirme que estaba ma, pero cuando llegué me dijeron que había muerto”, reveló la mujer.
Para ella, la partida de su hijo mayor es sinónimo de dolor y preocupación ya que era quien sostenía el hogar con su trabajo en la Prefectura de la zona norte.
Además, contó que, a él no le gustaba pasar descansando sino que los fines de semana se iban a otros cantones a vender caramelos, lo que a veces la mantenía “con el Jesús en la boca”.
Entre lágrimas dijo que su hijo estaba enamorado y que hace un par de meses le había dicho que quería llevar a su novia a la casa para que la conocieran, pero nunca se concretó su visita. Ahora pide que se haga justicia y que las autoridades den con el paradero del culpable. (MZA)
Desconsuelo
El cuerpo de José Luis Ronquillo fue velado la mañana de ayer en las instalaciones de la Prefectura zona norte. Ahí sus compañeros se mostraron nostálgicos por su partida.
Judith Rivas, quien se desempeña como sicóloga de la institución, explicó que ella es una de las primeras personas en llegar a sus labores y todos los días tenía el gusto de encontrar a José Luis haciendo sus quehaceres.
“Siempre me saludaba muy atento, era bromista y educado, ahora nos hará una gran falta”, relató Rivas.