Voltaire Napa Quiñónez labora desde hace más de 35 años como reciclador. Recuerda que llegó a Quevedo cuando era adolescente. En ese entonces la actividad era productiva, le generaba buenos ingresos.
Ahora la situación es distinta, pues a diario se las ingenia para sobrevivir.
Napa no estudió la secundaria porque supuestamente nadie le insistió y obligó para que lo hiciera, sin embargo, aclara que jamás dejó de soñar y luchó por convertirse en un hombre de bien. “Uno es triunfador en su campo de acción y a su manera”, afirma.
Para ganarse la vida madruga todos los días hasta las celdas emergentes (antes llamado relleno sanitario de Quevedo), que construyó la denominada ‘Mancomunidad Mundo Verde’, para ‘salvar’ lo que más se pueda. “Hay que madrugar porque en las calles los cajoneros se guardan lo mejor y aquí nos traen solo las migajas”, asegura.
Los gallinazos y el mal olor se ha vuelto parte de su diario vivir. “Esta es una forma valiente de sobrevivir. ¿Cree usted que algún pelucón permanecería aquí?, lo pongo a prueba”, dijo sonriente, aunque su cara reflejaba indignación.
Al consultarle cómo acostumbra a celebrar la Navidad, dada su condición de vida, alzó la mirada y respondió: “¿Acaso ve usted aquí algo más que basura? El chambero celebra la Navidad así, trabajando. Pero tengo algo más que decir, tenemos un gran corazón, porque pese a nuestras limitaciones, en estos días nos reuniremos para poder agasajar a los más pequeños de nuestro entorno”, mencionó Voltaire Napa Quiñónez.
Recuerdos
A lo lejos, en otra zona de la celda emergente, alzaba las manos de una forma desesperada Roque Zamora. Al llegar a su encuentro contó que también quería hablar sobre la vida dura que lleva.
De forma pausada nos relató que en sus tiempos ‘mozos’ se dedicaba a la tala de árboles pero como dicha actividad se fue mermando, decidió entrarle a la chamba. Tenía que mantener 11 hijos, no le quedaba de otra. “Trabajo desde las 07:00 hasta las 13:00, a sol y agua, soy de Manabí, aquí hemos hecho camaradería, este no podrá ser el mejor empleo, pero de algo hay que vivir”, contó Zamora, tras agregar que le preocupa los fuertes rumores que se están propagando por su barrio, que máximo hasta mayo del próximo año podrán seguir recolectando en las celdas emergentes.
Oportunidad
Para la presidenta de la Asociación ‘Vivir con dignidad’, Mayra Vergara, el grupo seguirá reciclando porque no tienen otra manera de sobrevivir, sin embargo, aspiran que en un futuro las autoridades locales les apoyen con un proyecto que les permitan desenvolverse de una forma más digna.
Ella dijo que sueña que en Quevedo se implemente el plan de trabajo parecido al que ocurre en ciudades de la sierra, el cual es realizar el reciclaje de puerta a puerta.
“La propuesta es hacer convenios con los colegios, almacenes, comerciales, instituciones privadas y no privadas, para que a diario nos donen los materiales que sirven para reciclar. Esta es una propuesta de la Red Nacional de Recicladores del Ecuador (Renarec), aquí ya se han hecho reuniones y algunas autoridades que han aceptado este plan”, informó Vergara.
Asegura que dejar las escombreras (en el relleno sanitario), es una de las metas que ellos se han propuesto para el próximo año, por ello pedirán que también se les colabore con un lugar en dónde poder edificar su centro de acopio.
CIFRAS
10 DÓLARES diarios se gana un ‘chamberito’, a veces la cifra varía.
42 PERSONAS realizan labores de reciclaje en las celdas emergentes.
“Hemos conversado con el concejal Orlando Barros, él nos prometió que conseguirá dicha obra, siendo así estamos confiados. Hasta mayo podremos reciclar en el botadero. Como se observa, no dejamos de soñar”, informó la dirigente de los ‘chamberitos’.
En ese sentido, el concejal Barros dijo que conversó con el alcalde Jorge Domínguez y analizan un lugar para que los recicladores ejerzan su labor de una forma digna. “Ellos me manifestaron que les hacía falta un espacio en donde poder reciclar, porque lo vienen haciendo dentro de sus hogares”, manifestó el edil Barros. (MCC)
