QUEVEDO
El 6 de diciembre de 2017 las filas policiales sufrieron un remezón tras la detención de 10 de sus miembros, quienes fueron señalados de pertenecer a una supuesta banda de extorsión que operaba en el cantón Ventanas y sus alrededores.
Luego de más de un mes de sucedido los hechos, los familiares de los policías siguen tratando de demostrar la inocencia de los uniformados que aún permanecen detenidos en el Centro de Rehabilitación Social de Quevedo.
El jueves, en los exteriores de la Unidad de Vigilancia Comunitaria (UVC), Mirian Escobar, hermana de uno de los policías detenidos repetía que su pariente es inocente. “Él llevaba 18 años como miembro de la institución. Recién tenía tres meses con el pase desde Ibarra. A él se lo acusa de delincuencia organizada, quienes investigan este caso se basan en que hicieron una investigación en octubre, era nuevo en esa plaza, ni siquiera conocía bien a sus compañeros”, dijo Escobar.
CIFRAS
10
Policías fueron detenidos para investigaciones el pasado 6 de diciembre, dos ya están libres.La quevedeña indicó además que se está cometiendo una injusticia, pues reveló que pidieron que se le conceda el Habeas Corpus, pero les fue negada.
“Mi hermano está mal porque está durmiendo en el piso, vamos a luchar hasta las últimas consecuencias porque no es culpable. Él pidió el pase porque su esposa estaba recién dada a luz, tiene un bebito de nueve meses”, culminó.
Antecedentes
El fiscal provincial, Jaime Guerrón, dijo que previo al operativo de detención se procedió a consolidar el resultado de varios meses de investigaciones a través de las unidades de inteligencia de la Policía sobre funcionarios de la institución “que se han dedicado a ciertas actividades ilícitas”. “Se realizaron varios allanamientos especialmente en la Policía Judicial de Ventanas donde han sido detenidos la totalidad de sus miembros; además de un civil, que es un comisario de Ventanas y ahora nos encontramos consolidando la información”, agregó Guerrón.
¿Cómo operaban?
De acuerdo con un reporte policial emitido por la Departamento de Análisis Informático (DAI), las investigaciones se centraron tras conocer que servidores policiales en complicidad con ciudadanos, que registran antecedentes penales, exmiembros policiales y autoridades cantonales, se dedicaban a ofertar falsos préstamos a bajo interés.
Luego de que atraían a sus víctimas las citaban a fin de realizar la entrega del dinero ofertado. Cuando se encontraban para la entrega, agentes policiales vestidos de civil, utilizando recursos del Estado, de manera inesperada se presentaban realizando operativos antidelincuenciales.
Ahí los uniformados aducían encontrar dinero y drogas en poder de las víctimas, por lo que las trasladaban hasta las instalaciones policiales, donde eran extorsionados y obligados a pagar montos de dinero que fluctuaban entre 15.000 y 30.000 dólares a cambio de no ser detenidos.
“Mi hermano está mal porque está durmiendo en el piso”.
Mirian Escobar
Hermana de un policía detenido