Jaime Vintimilla
En épocas donde la violencia ha empezado a sustituir al diálogo y a la ley, en momentos donde por miedo a la verdad, la libertad de expresión se ha transformado en una suerte de herejía, la sociedad ha empezado a mostrar fisuras que nos arrastran a una confrontación peligrosa que bien podría culminar con imposiciones políticas, ideológicas o religiosas que nos alejarían de los ideales de una convivencia armónica.
Al parecer algunos ciudadanos han perdido la sensatez para resolver o manejar adecuadamente sus diferencias, buscando respuesta en la administración de justicia para casi todos los problemas.
En este escenario nada halagüeño resulta muy importante descubrir líderes comunitarios constructivos que más allá del deseo de sobresalir o buscar su intervención en los medios, pueden convertirse en mediadores comunitarios que manejan herramientas de diálogo para cambiar la forma de comprender los conflictos sociales pudiendo ayudar a la generación de una conciencia ciudadana de la diversidad y la empatía.
En general la mediación es una herramienta que busca la paz y la armonía gracias a la discusión objetiva de la diferencias. Por su parte, la mediación comunitaria es un tipo de mediación social y un método adecuado de resolución de conflictos que se preocupa de los conflictos locales o comunitarios donde está en juego la idea del justo comunitario. Se desarrolla en el seno de grupos, organizaciones, sectores y pueblos que presentan lazos de afinidad y de permanencia o que manifiestan ostensibles diferencias culturales.
Este tipo de mediación se orienta a la construcción de una justicia enfocada en la paz y el respeto del otro, pues constituye un mecanismo de gestionar los conflictos y no solamente un mero complemento de la administración de justicia orgánica que se basa en la aplicación de las normas y no en el entendimiento de la pluralidad que busca descubrir los intereses colectivos e individuales de los sujetos diversos que conviven en el país.
En definitiva, este instrumento puede concebirse como todo “un movimiento cultural que busca un cambio en la cultura de violencia imperante”. La sociedad requiere de agentes de cambio de cultura. Los mediadores podrían serlo.