Un día en la vida de ‘Don Pedro’

DISTRIBUCIÓN. Es la tarea que este ciudadano babahoyense realiza cada día.
DISTRIBUCIÓN. Es la tarea que este ciudadano babahoyense realiza cada día.

Llueva, truene o relampaguee, el compromiso de Pedro Sandoya es lograr que los ejemplares de Diario La Hora lleguen hasta los cientos de lectores que cada día despiertan ávidos de la información noticiosa más relevante de Los Ríos y el país.

‘Don Pedro’, como popularmente se lo conoce a este babahoyense de 57 años, cuenta que cada día despierta a las 05:00 para salir a recibir los periódicos y posteriormente distribuirlos por los diferentes puntos de ventas y viviendas de la capital fluminense. Su moto, esa es la herramienta y fiel compañera de labores del distribuidor de los periódicos de La Hora en Babahoyo.

“A esa hora yo estoy despierto y listo para salir a recibir los diarios, prendo mi moto y me voy largo hasta el punto de encuentro para tomarlos e iniciar con la distribución”, expresó Sandoya.

Distribución

Mientras la gente se va despertando, Sandoya va visitando cada punto de venta con el propósito de suministrarlos de ejemplares para la venta diaria.

“Siempre trato de ser el primerito que llega con el periódico hasta donde los canillitas, ya que así logro que el diario se venda más; y por supuesto, muestro mi responsabilidad y seriedad con mi trabajito, que de hecho, lo quiero mucho”, añadió.

Para el término de las 08:00 o 09:00, el diario La Hora ya se encuentra en todos los puntos de venta de la ciudad, y también en cada uno de los establecimientos educativos, instituciones públicas y privadas, oficinas y viviendas que mantienen suscripciones con esta empresa informativa.

Planteamientos

La siguiente tarea que desarrolla este alegre personaje, es la búsqueda de sitios en donde se puedan abrir nuevos lugares de comercialización del Diario. “Cada día trato de ir aumentando el número de ventas y para cumplir con eso tengo que abrir otros puntos de expendio”, manifiesta ‘Don pedro’.

Tras haberse tomado la mañana en esta rutina, Sandoya dice que “me voy a mi casa a servirme el almuerzo”, de tal forma que recupera ánimos y fuerzas para continuar laborando.

En su retorno a la oficina de Babahoyo ubicada en la avenida 10 de Agosto y calle Eloy Alfaro, la contabilidad y las matemáticas esperan por él, pues le corresponde realizar el balance y control sobre los ejemplares que han sido expendidos durante el día.

“Eso me gusta porque veo cómo cada mes vamos aumentando el nivel de ventas y eso indudablemente me llena de mucha alegría y satisfacción, ya que siento que estoy haciendo las cosas bien, conjuntamente con mis compañeros de oficina”, detalló sonriente. (NDA)

“Siempre trato de ser el primerito que llega con el periódico hasta donde los canillitas, ya que así logro que el diario se venda más”.