En el By Pass aún esperan por el relleno

PANORAMA. Así lucen diversas áreas del By Pass.
PANORAMA. Así lucen diversas áreas del By Pass.
SITUACIÓN. Varias familias aún habitan en viviendas metálicas.
SITUACIÓN. Varias familias aún habitan en viviendas metálicas.
POBREZA. La mayor parte de las viviendas del sector son de caña y madera.
POBREZA. La mayor parte de las viviendas del sector son de caña y madera.
SUELO. Permanece anegado, por lo que los habitantes consideran necesario el relleno hidráulico.
SUELO. Permanece anegado, por lo que los habitantes consideran necesario el relleno hidráulico.
SUELO. Permanece anegado, por lo que los habitantes consideran necesario el relleno hidráulico.
SUELO. Permanece anegado, por lo que los habitantes consideran necesario el relleno hidráulico.
AYUDAS. En los días posteriores al terremoto, la población babahoyonse se unió para ayudar a los afectados. (Archivo)
AYUDAS. En los días posteriores al terremoto, la población babahoyonse se unió para ayudar a los afectados. (Archivo)
TRABAJOS. Varios solares del sector recibieron un relleno.
TRABAJOS. Varios solares del sector recibieron un relleno.

A dos años del terremoto, en esta zona que fue más afectada de la provincia, aún se observan todavía las secuelas del siniestro.

Redacción BABAHOYO

En un día como hoy, cerca de las 19:00, Marcela Rodríguez regresaba a su vivienda situada en el sector del By Pass, a la altura de la calle Martín Icaza, luego de haber estado en casa de un familiar festejando el primer cumpleaños de su nieta.

Pero en ese trayecto, a tan solo unos minutos de llegar hasta su morada, empezó a sentir como la tierra se movía de forma anormal, a tal punto que temía que los postes cayeran sobre su humanidad.

Luego de casi un minuto de angustia, desesperación y sobre todo mucho temor, la mujer de 48 años corrió hasta la vivienda que le dejó construida su difunto esposo, para ver que todo estuviese en orden, pero nunca se imaginó el panorama que terminaría observando.

Decepción

Frente a su vista no podía concebir que su amplia casa de cemento, de 8 metros de ancho por 15 de fondo, acondicionada con dentro y fuera, y equipada con todos los electrodomésticos y artículos de un hogar, estaba sumergida entre el agua, la maleza y el pantano.

“Me puse mal porque sufro de diabetes emocional, no podía creer que en menos de un minuto, el esfuerzo de tantos años se desvaneció. Me quedé prácticamente sin ni siquiera una cuchara”, recordó.

A raíz de ello, la fémina tuvo la esperanza que recibiría la ayuda del Gobierno para poder levantar su vivienda en el mismo sitio, pero no fue así. El expresidente Rafael Correa negó el relleno hidráulico para esa zona tras una visita y recorrido por el By Pass. “Los únicos que nos ayudaron fueron los ciudadanos de Babahoyo, que nos dieron de lo que tenían”, lamentó.

Afectación

Al igual que ella, muchos de los ciudadanos que sufrieron las consecuencias de esta tragedia natural, se llevaron una sorpresa al no recibir una ayuda concreta.

Hoy que se cumplen dos años desde aquella noche fatídica, cuando el terremoto de 7.8 grados, con epicentro en Pedernales (Manabí), destrozó muchas estructuras y vidas, pero que a la vez unió a un país entero. Sin embargo, en la capital fluminense aún quedan las secuelas de aquel inolvidable y triste acontecimiento.

Y es que las repercusiones de la catástrofe sísmica también llegaron hasta Babahoyo, siendo precisamente la zona conocida como el By Pass, el punto de mayor afectación en Los Ríos.

Según información levantada por el área de Evolución Inicial de Necesidades de la Secretaría de Gestión de Riesgo, en Babahoyo se contabilizó un total de 352 familias que fueron afectadas tras el movimiento telúrico, de las cuales un total de mil 363 fueron asistidas por la Municipalidad de Babahoyo. Además se reportaron 171 viviendas afectadas y otras 181 con daños estructurales.

Actualidad

Después de dos años, hoy por hoy se observan rastros de lo que dejó la catástrofe en Babahoyo. Hay familias como Lucía Jácome, que aún continúa viviendo en una pequeña casa metálica que se le fue donada, luego de que perdiera totalmente la suya.

Al transitar por esta, que es la zona más afectada de la provincia de Los Ríos, la pobreza es el panorama que envuelve a casi todas las familias que vieron como sus moradas se destruían.

En las ciudadelas que conforman el By Pass se evidencias casas destrozadas que no han sido demolidas, mientras que de que algún día pudo llamarse casa, ahora solo quedan unas cuantas paredes aferradas a las columnas.

“Estoy esperando legalizar mi solar y con las escrituras poder hacer un crédito para volver a levantar mi casita y vivir dignamente con mi familia, principalmente mis hijos”, refiere Sonia Junco.

Mientras que Julio De Luca, quien en el 2016 se opuso a que le demolieran su vivienda que, según los funcionarios evaluadores de riesgo, estaba por colapsar, sostuvo que hasta ahora no ha recibido ayuda de ninguna institución. “A mí no me han ayudado ni siquiera con un solo clavo”, lamentó.

Por su parte, otras familias que fueron afectadas tras el fuerte sismo decidieron mudarse hasta el reasentamiento Nuevo Babahoyo, que el Gobierno Nacional a través del Ministerio de Desarrollo Urbano y Vivienda (Miduvi) construyó para las familias damnificadas.

Propuestas

Entre las propuestas manejadas por la Municipalidad de Babahoyo para las familias afectadas, estaba la entrega de material pétreo para quienes perdieron su vivienda (de cemento) contribuyendo así con 400 metros cúbicos de material para rellenar el área donde estaban asentadas las casas, al igual que trabajos de relleno y compactación.

De quienes se aferraron a esta posibilidad (50 aproximadamente), aún hay 18 familias que no han sido atendidas, pero se espera hacerlo cuando termine la temporada de lluvias.

Otra de las posibilidades era la entrega de casas ‘Hogar de Cristo’, mismas que hasta la fecha solo se han cedido seis. No obstante, se propuso la entrega de 54 viviendas que serían edificadas en solares municipales, pero según informó el alcalde Johnny Terán, nadie se acogió a ello.

Esperan el relleno

Pese al tiempo que ha transcurrido la gente del By Pass aún continúa aferrada a la obras más anhelada por ellos que es la del relleno hidráulico.

Este proyecto fue ofrecido por el alcalde de Babahoyo, Johnny Terán, y también respaldado por el actual Gobierno, pero lo cierto es que hasta ahora no se coloca ni un solo metro cúbico de arena. “Eso es lo que más queremos aquí, el relleno hidráulico, es por eso que no nos vamos”, expresó la habitante de Sol Brisa 1, Susy Díaz.

El Alcalde mencionó que ha estado esperando la voluntad del Gobierno de Lenín Moreno, que en campaña electoral dio muestras de respaldo, pero que si no se concreta esta ayuda, iniciará por su propia cuenta, como Municipalidad.

“Ya no contestan ni siquiera las llamadas (el Gobierno). Yo soy un tipo de mucha fe, pero ya vamos a ver de dónde conseguimos los recursos para empezar a hacer algo. En estos momentos estoy consiguiendo recursos de los mismos babahoyenses”, puntualizó el Alcalde. (NDA)